DRÁCULA: LA
OBRA DE STOKER
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a Época Victoriana fue marcada por la
supremacía inglesa sobre el resto de los continentes, logrando, además, la
estabilidad económica, una prolífera industrialización y la hegemonía marítima.
La Reina Victoria I, protagonista de diferentes enfrentamientos bélicos, posicionó
a Inglaterra en un prestigioso sitio frente al resto del mundo.
Un
rasgo característico durante su reinado fue el alto grado de moralidad y
honestidad en la población. Aunque se decía por otros medios, que contrastaba
con lo que en realidad sucedía dentro de las clases sociales media y alta; a la
vez, que la clase baja se hallaba desprovista de una adecuada administración de
justicia.
En
esa época, Bram Stoker figura como un escritor de la literatura del género
gótico, cuya obra influenció los siglos XVIII y XIX. Abraham “Bram”
Stoker, nació en Dublín en el año de 1847, mismo período en el que se publicara
“Varney The Vampire” de James Malcolm Rymer y Thomas Peckett Prest.
La
obra maestra de Stoker, “Drácula”, se publicó por primera vez en
1897; la cual, bajo la influencia de los trabajos de Horace Walpole, “The
Castle of Otranto” de 1764, “Carmilla” de Sheridan Le Fanu, de 1872,
así como “The Vampire” de John William Polidori, de 1819; inspiraron el
genio de Bram, además de la fantasía y el arte medievales y la antes mencionada
literatura de Rymer y Prest.
En
su vida, Stoker escribió tres novelas más: “The Jewel of Seven Stars”, “The
Lady of the Shroud” y “The Lair of the White Worm”, pero ninguna
logró el éxito de “Drácula”, debido a su alto grado de simbolismo y misticismo
que atrapó el interés de los lectores.
La
novela “Drácula” se encuentra dentro de los títulos más vendidos y
reconocidos a nivel mundial. Difundida y traducida en todos los idiomas,
llegando a ser considerada como la historia de terror más original de todos los
tiempos.
El
nombre del protagonista está basado en el príncipe rumano de Valaquia, Vlad
III (Vladislav Drăculea, 1431-1476), conocido como “el empalador”
y en las historias vampirescas de Europa Oriental. Aunque esté considerada como
una obra del talento del autor, Drácula cuenta con una mezcla de ideas y
elementos contenidos en la literatura gótica.
No
cabe duda, que, junto a “Frankenstein” de Mary Shelley y “The Vampire”
de John William Polidori, la obra de Bram Stoker se coloca como una de las novelas
más significativas y temáticas de su tiempo.
La
ausencia de reflejo y sombra del Conde Drácula, al mirarse en los
espejos, simboliza la falta de su alma; la que es una característica de las
historias y cuentos germánicos, con la cual se estereotipa a los seres que
perdieron su espíritu.
Una
historia que no pasa de moda y que persiste a través de los años, dando lugar a
un sinnúmero de adaptaciones en diferentes películas, series, libros e
historias relacionadas con el género clásico de terror. Lo que logró la
inmortalización de Bram Stoker, al igual que el mítico Conde Drácula.
“El
conocimiento habla
y
la sabiduría escucha”
(Jimi Hendrix, 1942-1970).
