LA TIERRA
PROHIBIDA: RELATANDO “SOMBRA DE LOS COLOSOS”
U
|
na historia que quedó marcada en la
mente de la mayoría de los aficionados a los videojuegos, fue “Shadow of
the Colossus” (Sombra de los Colosos). Lanzado en 2005 y desarrollado
por Team ICO, bajo la dirección de Fumito Ueda. Una trama que fue
aplaudida por su argumento y desarrollo, logrando captar la atención de la
audiencia y siendo reconocida como el “juego del año”.
Al
poco tiempo de comenzar, el usuario vislumbra la luna. Al instante, una melodía
afligida inundará todo el ambiente nocturno. La cámara se mueve y nos revela un
paisaje montañoso, en el que transita peligrosamente un jinete. Luego de
indicar a su yegua que salte hacia adelante, esquivando el precipicio mortal,
nos percatamos que el caballero parece llevar consigo un bulto. Sin más,
continúa prosiguiendo su camino a través del accidentado terreno.
Después
de pasar junto a un pequeño manto de agua, el amanecer finalmente llega, sólo
para que comience a caer una lluvia leve. El misterioso jinete continúa andando,
mientras a su alrededor se proyecta una exuberante vegetación. Es entonces
cuando aparece ante nosotros, una estrecha grieta extendida a lo largo de dos
muros de gran altura. El personaje entra sin vacilar; siendo entonces, cuando la
sorpresa se vuelve aún mayor, al revelarse un puente muy estrecho de
proporciones colosales que cruza a lo largo de la mitad de una tierra
misteriosa.
El
peligroso puente termina para conducirnos a la parte alta de un enorme edificio
con apariencia de castillo. El jinete entra y comienza su descenso a través de
una escalera circular que lo llevará a la base del inmueble. Una vez abajo, en
la sala principal, es recibido por 16 imponentes estatuas de piedra, que lo
único que logran es confundir todavía más al espectador. En medio de estos, el
personaje continúa su trayecto hasta llegar a una plataforma de piedra al final
de la amplia sala, en donde, tras bajar de su yegua, colocará el misterioso bulto.
Deshaciéndose del manto que le cubría, se descubre que se trata de una mujer
que yace inconsciente.
No
tarda mucho para que una inquietante voz entre en escena y se comunique con el
recién llegado. Se trata del legendario demonio “Dormin”, capaz
de controlar las almas de los muertos, y a quien Wander (nuestro
personaje) le solicita que haga volver a la joven (Mono), quien
fuera víctima de un sacrificio por tener un destino maldito. Dormin, en tono
sarcástico, le cuestiona si acaso lo que le pide: “no va en contra de las
leyes de los mortales”.
Acto
seguido, Dormin le dice que, sin embargo, existe la posibilidad gracias a la
espada que Wander ha robado y que ahora porta. Le pide que dirija su mirada
hacia los 16 ídolos de la habitación, los cuales deberán ser destruidos;
excepto, que ningún mortal podría hacerlo. La única manera de derribarlos es
destruyendo a las 16 criaturas colosales que cada uno de ellos encarna y que
rondan en algún punto de la vasta Tierra Prohibida.
Wander,
decidido, inicia su aventura acompañado de su yegua “Agro”, explorando
el inmenso escenario. Cada vez que triunfa sobre un coloso, una misteriosa
sombra emerge de la criatura: se trata de un fragmento del alma o esencia de
Dormin, quien fuera confinado bajo una poderosa magia para contener su poder en
el cuerpo de los colosos. Y así, poco a poco, después de un largo
enfrentamiento con los colosos, el demonio se irá reconstituyendo
progresivamente.
A
su vez, conforme se avanza en la historia, Mono, a pesar de permanecer muerta,
parece mostrar mejoría, mientras que el semblante de Wander empeora, mostrando
un ennegrecimiento corporal. Lo que él ignora, es que está siendo perseguido
por un chamán conocido como Lord Emon, quien busca evitar que Dormin sea
liberado otra vez.
Los
colosos son criaturas constituidas a base de piedra, en cuyo cuerpo se aprecian
“construcciones”, como si sobre ellos alguien hubiese edificado. Sólo
que se encuentran en un estado de ruinas, al igual que el resto de los escenarios
de la Tierra Prohibida. Es por ello, que es muy difícil para un guerrero
vencerlos, pues sólo cuentan con algunos puntos débiles que se localizan en
sitios muy peligrosos de sus cuerpos.
La
mayoría de ellos son criaturas tranquilas, que suelen atacar sólo porque son
agredidas, como es el caso de Wander. Sus aspectos son semejantes, mas no
iguales, a la de diversos animales, pero con toques fantásticos: oso, caballo,
lagarto, serpiente, águila, toro, perro, entre otros.
Para
cuando el último coloso finalmente es derribado, Lord Emon y su séquito han
llegado ya a la Tierra Prohibida, sólo para percatarse de que Wander ha sido
poseído por Dormin. Tras un breve enfrentamiento con la entidad, quien se ha
apoderado de quien fuera nuestro protagonista, el chamán logra detener al
demonio con una magia poderosa procedente de la espada que fuera robada, para así
sacar a Dormin del cuerpo de Wander.
Mientras
estos huyen a toda prisa, el puente del inicio de la historia se va destruyendo
por una fuerza misteriosa, de modo que la única entrada a la Tierra Prohibida
ha desaparecido para que nadie más ose penetrarla; a lo que Lord Emon exclama
antes de marcharse, que espera que algún día Wander comprenda su error.
Mientras
tanto, en el castillo de la Tierra Prohibida, luego de un largo letargo, Mono
sorprendentemente abre los ojos y se levanta sin tener idea de lo que ha
ocurrido. Pese a todo, Dormin cumplió con el trato de resucitarla. No mucho
después de empezar a andar, la joven se encuentra con Agro, la yegua, y se
dirigen juntas a las escaleras que dan acceso a lo alto del castillo donde todo
comenzó.
En
el camino, Mono encuentra un bebé extraño, que tiene en su cabeza lo que
parecen dos cuernos, y que tal parece tratarse de Wander, quien fuera
convertido a causa de los efectos de la magia como único modo de expulsar a la
entidad de él. Ella decide cuidarlo, quedándose a vivir en la Tierra Prohibida
ahora sellada por la ausencia del puente, culminando así “Sombra de los
Colosos”.
Se
dice que, de este niño, posteriormente surgiría un pueblo caracterizado por tener
dos cuernos, símbolo de una terrible maldición, la cual fuera fruto de los
errores de Wander. Pero la continuación de dicha historia corresponde a otro
título que continúa esta narrativa bajo el nombre de "Ico".
La
experiencia que brinda el juego, al espectador, es la de una sensación de
pequeñez en todo momento, gracias a los enfoques que la cámara genera, apoyada
por la música de ambiente que termina por enfatizar el entorno de proporciones
gigantescas.
En
un artículo publicado por Israel Fernández el 30 de enero de 2018 en el sitio
web “Xataca” y que se titula: “13 años después, el mensaje de 'Shadow of the
Colossus' sigue siendo una incómoda rara avis en el mundo de los videojuegos”,
comparte una interpretación interesante, en la que equipara a Wander con “Dante”,
y a Mono con “Beatriz” de la Divina Comedia.
En
este sentido, Wander —quien conforme avanza el juego va siendo consumido por
Dormin—, sería representación del egoísmo; mientras que Mono encarnaría la
virtud, simbolizada a través de sus blancas ropas y la llegada progresiva hacia
ella de palomas, símbolo de la paz, conforme transita la historia.
“El
conocimiento habla
Y
la sabiduría escucha”
(Jimi
Hendrix, 1942-1970).