domingo, 9 de agosto de 2020

HARAKIRI: "Se dice que Minamoto no Yorimasa fue el primer inmolado bajo esta antigua práctica, al ser derrotado en batalla por un clan enemigo y evitar caer prisionero. De aquel acto voluntario de Minamoto fue tomado el procedimiento, el cual fue considerado honorable".

Fuente de la imagen: Pixabay.

HARAKIRI: EL SUICIDIO RITUAL JAPONÉS 

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a guerra es un evento que siempre ha estado presente en la historia de la humanidad. Inspirándose en ella han sido forjados pensamientos, doctrinas y sistemas políticos, muchos de los cuales, han buscado hacer valer su autoridad por medio de la coerción. La mayoría de sus participantes han recibido la instrucción correspondiente para desempeñarse en el campo de batalla, la cual procura garantizar disciplina, así como un código de conducta. 

Por desgracia, al ser la violencia el fundamento de toda conflagración, la rendición y el sometimiento del vencido, por parte del vencedor, no siempre es el final de un conflicto armado, sino la humillación, el castigo y la deshonra. Consciente, el ser humano, de este posible desenlace, ha buscado estrategias que preserven la dignidad de los subyugados, aún a costa de decisiones extremas. 

El seppuku o harakiri, es el nombre con el que se designa al ritual de suicidio japonés por evisceración, siendo el primer vocablo más aceptado que el segundo. El seppuku formaba parte del Bushido, el código de los guerreros samurái, mismo cuya traducción era “el camino del guerrero”. Se sabe que el Bushido era enseñado a los japoneses de las clases altas desde que eran infantes, de modo que estuvieran preparados en caso de que su vida fuera exigida a costa del honor. Cabe señalar que este concepto guardaba un significado mucho más profundo, motivo por el que merece un artículo aparte. 

 El seppuku podía ser voluntario u obligatorio. En el caso del segundo, un juez era el que lo determinaba, generalmente cuando la persona había incurrido en delito alguno. La práctica era necesaria, pues en caso de no hacerse, la deshonra era transmitida a los familiares del susodicho, corriendo el riesgo de caer en miseria. 

Antes del acto, la persona bebía sake y escribía unas palabras de despedida en un abanico de guerra, las cuales eran conocidas como “zeppitsu”. Al llegar el momento de la ejecución, el practicante procedía a adoptar la posición de “seiza”, la tradicional forma de sentarse japonesa, que consiste en que los talones y el empeine de los pies soporten los glúteos, mientras la columna vertebral permanece recta y las manos reposan en el regazo. A continuación, luego de envolver la hoja del “tanto” (arma afilada) en papel de arroz, la persona procedía a clavársela en el abdomen. 

Puesto que el ritual era desagradable para los presentes, por el alto grado de violencia y agonía que implicaba, se tomaban medidas para hacer más amenas las sesiones. Kaishakunin era el individuo responsable de decapitar al practicante durante su sufrimiento, siendo un profesional de las armas. Éste podía ser elegido por la persona o por una autoridad. En el primer caso, podía darse el hecho de que fuera elegido un íntimo amigo, causando un gran compromiso e, incluso, negación ante el afecto que había. Por su parte, si una autoridad elegía al verdugo, éste no podía rechazarlo. 

Se dice que Minamoto no Yorimasa fue el primer inmolado bajo esta antigua práctica, al ser derrotado en batalla por un clan enemigo y evitar caer prisionero. De aquel acto voluntario de Minamoto fue tomado el procedimiento, el cual fue considerado honorable. 

 

“El conocimiento habla
y la sabiduría escucha”
(Jimi Hendrix, 1942-1970).