BULLYING: UN PROBLEMA MAYOR
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lgo muy común en los diferentes
centros educativos en todas las parte del mundo y a lo que no podemos ser
ajenos, es al llamado acoso escolar, mejor conocido como “Bullying”.
Esto es un hecho lamentable que, aunque se hable al respecto, se sigue dando de
forma natural.
Hoy
en día en que la sociedad repudia toda clase de violencia, y se manifiesta de
diferentes formas, pareciera que con este tipo de acoso todavía falta mucho
para poder erradicarlo de las distintas escuelas. Es muy sabido que por temor,
las personas que son violentadas no se atreven, en la mayoría de los casos, a
evidenciar a sus agresores, por miedo a represalias.
Esto
se ha presentado de diferentes formas, por lo que, en muchos de los casos, los
padres, tutores y profesores, no se percatan de los hechos, llegando a tener
graves consecuencias, por el desconocimiento del trauma que llegan a vivir los
menores y los no tan menores.
En
ocasiones, los adultos hacen caso omiso a las quejas de los hijos, lo que llega
a repercutir en la baja autoestima al sentirse despreciados; pudiendo llegar a
desencadenar un sinnúmero de problemas psicológicos y de aislamiento, durante
la etapa en donde la personalidad se está construyendo.
Es
interesante saber el porqué ocurre el Bullying, pero sería tratar este tema con
un profesional de la psicología, ya que pueden haber diferentes factores para
que un acosador exista como tal. Por lo general, son personas con problemas dentro
de su núcleo familiar, donde el maltrato y todo tipo de vejaciones logran
afectar sus pensamientos y forma de ser, descargando esa frustración e ira
contra sus semejantes, que no son capaces de responder a las agresiones.
Siempre
será urgente prevenir y tratar de solucionar este problema por las dos caras de
la moneda, por el lado del acosador y de la víctima. Es posible que se piense
que la víctima es el más necesitado de ayuda, en estos casos; pero el agresor
también necesita ser atendido, debido a que este último puede estar acarreando
frustraciones y sentirse que no encaja en la sociedad, lo que vislumbraría a un
delincuente en potencia.
En
el caso de la víctima, la situación también es de cuidado. Como expusimos al
inicio, la autoestima es la que más se daña por sentirse débiles, por no poder
enfrentar las situaciones que se les presente, llegando a descuidar aspectos
importantes como la responsabilidad en la escuela y con sus actividades en el
hogar, manifestándose en malas notas escolares y reprimendas de los padres. De
ahí se pueden desprender muchos factores más, como la pérdida del curso
escolar, depresión, trastorno emocional, ansiedad y suicidio.
La
violencia siempre generará más violencia, por eso este tipo de problemas se
deben tratar, primeramente, desde el núcleo familiar. Para ayudar a un
acosador, siempre será necesario platicar con él, interesarse en sus
actividades y analizar su conducta. Es necesario siempre darle la confianza,
hacerle ver que lo que hace a otros es incorrecto y que ofrecer una disculpa
nunca estará mal, pero siempre, hacerle ver lo importante que es para la
familia.
En
el caso de la víctima, será algo parecido. Será necesario darle la confianza
para que platique sobre el acoso que sufre y orientarlo a que se enfrente al, o
los agresores, sin violencia, o en su caso, reportarlos a las autoridades del
plantel. Pero si la situación es grave, será necesaria la ayuda de un
psicólogo.
Dentro
de la clasificación de este tipo de acoso existen:
El
“Bullying físico” tal vez sea
el más común. Comprende agresiones físicas que van desde un empujón, manotazos,
golpizas y daño de las pertenencias por parte de el, o los agresores, con toda
alevosía.
El
“Bullyng verbal” es una manifestación
de discriminación intencionada basada en insultos, apodos, burlas, incluyendo discriminación
racial, amenazas y difusión de información falsa, tratando de difamar y
desprestigiar.
El
“Bullying psicológico”
posiblemente sea el que más secuelas pueda dejar en el individuo. La
manipulación, chantaje, intimidación y amenazas fomentan el miedo, indefensión
y vulnerabilidad, a tal grado de vivir en un ambiente de tensión. Todo esto
repetidamente; logrando un sentimiento de inferioridad ante una falsa figura de
autoridad del agresor.
El
“Bullyng social” no es más que
el aislamiento que le hacen a la víctima al ignorarlo y excluirlo del grupo,
sin darle la oportunidad de convivir y compartir con los demás, haciéndole ver
que no existe.
El
“Bullying sexual” es otro tema
delicado. Aquí se planta el ataque, persuasión o abuso sexual. Muchas veces
basada en la homosexualidad real o ficticia, perjudicando a la víctima.
El
“Bullying cibernético” se basa principalmente en el anonimato, bajo el
uso de dispositivos electrónicos, buscando la humillación por medio de la
difusión por las redes sociales, blogs, chats, correos electrónicos, etc., de
diferente material ofensivo.
Sea
cual sea el tipo de Bullying, siempre habrá que erradicarlo, pero para eso,
todo debe empezar desde casa.
“El
conocimiento habla
y la sabiduría
escucha”
(Jimi Hendrix, 1942-1970).