martes, 24 de marzo de 2020

HERÁLDICA: "Uno de los cuestionamientos que todos nos hemos llegado a hacer, tiene como principal interrogante: cuál es el origen de nuestro apellido. Es posible que, al escudriñar, cierta persona identifique que está en línea masculina directa y que desciende de un personaje de linaje nobiliario".



HERÁLDICA: IDENTIFICACIÓN DEL LINAJE

U
no de los cuestionamientos que todos nos hemos llegado a hacer, tiene como principal interrogante: cuál es el origen de nuestro apellido. Cabe señalar que existe “la ciencia del blasón”, la que es conocida de forma simple sólo como “Heráldica”.

Se cuenta que surgió en Europa durante la Edad Media, desde el siglo V hasta el XV de lo que comprendió este período histórico de la existencia humana. Se estableció como una forma de identificación del linaje de las jerarquías dentro de la nobleza, teniendo como base la identificación de ciudades y regiones.

Es muy importante diferenciar la Genealogía de la Heráldica, ya que por simple que parezca, no todos pueden hacer uso de un “Escudo de Armas” atribuido a cierto apellido que se esté estudiando. La Genealogía nos puede llevar a rastrear una línea de antepasados que, no sólo por eso, dicho apellido pueda hacerse acreedor para utilizar determinado escudo; ya que, como explicamos en el párrafo anterior, tiene mucho que ver con títulos nobiliarios, los cuales fueron establecidos en su época.

Es posible que pueda darse el caso de que, al escudriñar, cierta persona identifique —por medio de documentación—, que está en línea masculina directa y que desciende de un personaje de linaje nobiliario. Aquí es donde la Heráldica entra en acción, validando la autenticidad, misma que está restringida para los que tienen el reconocimiento para utilizar el Blasón o Escudo correspondiente.

La composición de un Blasón tiene que ver con la forma del escudo de los caballeros medievales, no tomando en cuenta los adornos exteriores que éste lleva. El área del escudo se denomina campo, el cual puede tener particiones (compuesto por dos divisiones o más) horizontales, verticales, etc.

En la Heráldica, los colores usados en los campos y figuras se denominan “esmaltes”. Se utilizan dos colores de metales, como lo son el oro y plata, que pueden ser sustituidos por amarillo y blanco, tomando en cuenta que no pueden ser utilizados al mismo tiempo tanto los primeros como los segundos. Los otros colores son: gules (rojo), sinople (verde), azur (azul), sable (negro) y púrpura; haciendo un total de siete esmaltes, no siendo aceptadas las variaciones en las tonalidades de tal o cual color.

Dentro de la “reglamentación” se acepta el uso de más colores, siempre y cuando correspondan a animales, plantas, personas y edificaciones.

Las figuras son claves para la definición, interpretación y reconocimiento del Blasón, mismas que van en el o los campos, y se definen en cuatro tipos: heráldicas (bandas, borduras, cruces, aspas, etc.), naturales (plantas, animales, etc.), artificiales (edificaciones) y quiméricas (seres mitológicos).

Existen leyes como la de jamás poner “metal sobre metal” o “color sobre color”, lo que significa que campo y figura no pueden ser de la misma tonalidad. Las figuras deben ser colocadas en el orden que pertenecen; cuando se trate de una sola figura (quimérica, natural o artificial) hay que colocarla al centro del escudo sin que toque los extremos y, si son varias, pueden colocarse una sobre otra. Por último, figuras que no sean honorables y sean en número de tres, se colocarán en formación de dos en jefe y una en punta.

Los adornos exteriores u ornamentaciones se les conocen como “timbres”, siendo el yelmo el más común, utilizado en la gran mayoría de Escudos de Armas.

Hoy en día se pueden comprar “Blasones” sin ninguna base que los fundamenten. Pero no por eso signifique que esté bien hacerlo.


“El conocimiento habla
Y la sabiduría escucha”
(Jimi Hendrix, 1942-1970).