JEAN
CHAMPOLLION: EL PADRE DE LA EGIPTOLOGÍA
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urante mucho tiempo los especialistas
carecieron de la clave para descifrar los jeroglíficos egipcios, dando pie a
numerosas suposiciones y conjeturas sobre el real significado de los símbolos
inscritos y grabados en piedra. No sería hasta el surgimiento de Jean-Françoise
Champollion, que todo cambió.
Ahí
fue, cuando la intervención de este brillante erudito francés arrojó luz sobre
la cuestión, respecto a la interpretación de lo que, durante muchos años, fuera
un mar de dudas. Su contribución fue determinante para descifrar la gran
cantidad de inscripciones, estableciendo equivalencias entre los signos y
símbolos con lo que estos representaban; al igual que la elaboración de una
lista de caracteres demóticos (tercer tipo de escritura),
empleados por los egipcios para escribir los nombres propios y extranjeros,
principalmente.
Jean-Françoise
Champollion
nació en 1790 y falleció en 1832, a la edad de 42 años. Sin embargo, esto no
fue impedimento para lograr el objetivo que, por largo tiempo, hubiera parecido
imposible. Con su aporte, la Historia debió ser replanteada por los
especialistas, sobre lo que consideraban hechos, dados como verídicos, del
Antiguo Egipto.
El
primer gran descubrimiento estuvo relacionado con las escrituras hierática
(sacerdotal) y demótica (popular), demostrando que éstas no
poseían equivalencias con algún alfabeto, como se llegó a pensar en un inicio; sino
que su naturaleza era ideográfica, es decir, los símbolos no
representaban sonidos, sino conceptos.
Hasta
antes de Champollion, erróneamente se aseveraba que sólo los jeroglíficos eran
de tipo ideográfico (caracter-concepto), por tratarse de un tipo de escritura
más antigua. A lo largo de diez años, Champollion dominó casi por completo a
las dos escrituras (hierática y demótica), como lo fue su naturaleza,
combinación y número de signos; trazando las bases de la gramática de estos
sistemas de escritura que prevalecen en la mayoría de los documentos.
La
famosa Piedra de Rosetta —que fuera estudiada por el francés—, a
pesar de contener caracteres demóticos, también incluía signos que aludían a un
valor silábico o de tipo alfabético. Sería esto, lo que le facilitaría la
interpretación y lectura de los nombres propios extranjeros, tras comparación
con la inscripción de un texto en griego que acompañaba, a su vez, al texto
original demótico.
Para
corroborar lo anterior y reducir errores, Champollion comparó otro texto
encontrado en la isla de Filé, en un obelisco, en donde yacían inscritos los
nombres del Rey Ptolomeo y su esposa Cleopatra. Y,
sorprendentemente, los símbolos coincidieron en ambos sitios, permitiendo su
cotejo exitosamente.
La
labor no estaba terminada, puesto que surgían nuevos símbolos que dificultaban
a Champollion la determinación de su significado. Su perseverancia le llegó a
obtener resultados complejos, demostrando que los alfabetos jeroglífico y
demótico no distaban en realidad uno del otro, tan sólo la forma de los
caracteres.
Por
otro lado, Champollion concluyó que la escritura fonética fue usada en todos
los estratos sociales del Antiguo Egipto, en los tiempos previos a las
dominaciones griega y romana, y que complementaba al sistema ideográfico.
Es
por todo esto, que Jean-Françoise Champollion es reconocido como el “Padre
de la Egiptología”, gracias a su legado que nos ha permitido
profundizar más en los misterios de la Historia Universal.
“El
conocimiento habla
y
la sabiduría escucha”
(Jimi
Hendrix, 1942-1970).