EPOC: ENFERMEDAD PULMONAR OBSTRUCTIVA CRÓNICA
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in lugar a dudas, es muy probable que la mayoría de nosotros hayamos vivido una mala experiencia mientras realizábamos actividad alguna. Movimientos tan ordinarios como subir escaleras, cocinar, vestir, anudarse los zapatos o caminar; puede que hayan dado lugar a falta de aire o dificultad para respirar.
Cuando se rebasa la edad de cuarenta años es, hasta cierto punto, normal que se lleguen a dificultar algunas de las acciones antes mencionadas. Sin embargo, a lo que hay que prestar atención es cuando esta situación se presente acompañada de constante tos con flemas, principalmente cuando se haya sido fumador por un período superior a diez años.
Este cuadro de cansancio físico y falta de aire puede llegar a convertirse en una advertencia y, considerarse propiamente, un síntoma de la Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica (EPOC), trastorno respiratorio crónico, degenerativo e irreversible que muchas veces ha llegado a confundirse con el asma; sólo que, a diferencia de ésta, el EPOC deteriora la actividad pulmonar con el paso del tiempo.
En la EPOC la función pulmonar empeora progresivamente, siendo terminante a diferencia del asma, que puede controlarse y revertirse por completo. La dilatación de los alvéolos pulmonares y la producción en exceso de mucosidad dan el inicio del trastorno, provocando que el intercambio de aire por oxígeno, en los pulmones, se vea obstruido.
La bronquitis crónica, así como el enfisema pulmonar, son dos ejemplos de lo que se puede considerar dentro del concepto de EPOC, siendo las más vulnerables aquellas personas que cuenten con antecedentes de tabaquismo y las expuestas al humo y gases nocivos.
Un valor alrededor del 20% de los individuos que fuman tienen muchas probabilidades de desarrollar esta enfermedad, al igual que los fumadores pasivos, por estar en contacto directo con los activos; más si permanecen tiempos prolongados en lugares cerrados o con poca ventilación.
Lamentablemente, el diagnóstico puede llegar a darse demasiado tarde, ya que, al presentarse después de los cuarenta años de edad, los síntomas se le achacan al envejecimiento; siendo esto un problema grave, al presentarse daños irremediables.
Esta enfermedad es considera por la Organización Mundial de la Salud como una de las causas de mortalidad más significativas a nivel global. A pesar de que por años la EPOC ha existido, no se le suele tomar en serio, incluso cuando presenta un grave cuadro en el individuo, limitando actividades cotidianas por muy sencillas que parezcan.
Independientemente de la situación complicada del enfermo, resulta otro tanto más para las personas cercanas al paciente, quienes deberán velar por completo ante cada necesidad que requiera, viéndose afectados emocionalmente al parejo.
Para determinar el diagnóstico es necesario realizar una espirometría, la cual consiste en un estudio pulmonar para verificar su funcionamiento y detección de posibles patologías. La EPOC no debe ser subestimada, puesto que cada año cobra la vida de cientos de pacientes en el mundo. Como toda enfermedad no distingue clases sociales, por lo que se recomienda poner atención ante cualquier síntoma para diagnosticarla.
Existen tratamientos para evitar la progresión de la EPOC y sus complicaciones, mejorando la calidad de vida del enfermo. Se recomienda visitar al especialista al primer síntoma.
