UGARIT: LA CIUDAD PERDIDA DEL MEDITERRÁNEO
P |
or azares del destino y de forma casual, un descubrimiento histórico vino a cambiar parte de ésta, rescatando del olvido la existencia de una Ciudad Estado de las costas del Mediterráneo oriental, debido a su sepultura a causa del paso de los siglos. Sería a finales de la década de los años 20’s del siglo pasado cuando este acontecimiento tuvo lugar.
Aproximadamente, en el año de 1928, un campesino —durante sus actividades en el campo— dio con un misterioso objeto duro que yacía enterrado. Al realizarse las investigaciones, se determinó que se trataba de la bóveda de una tumba. Esto se llevó a cabo en Ras Shamra, que formara parte de la Antigua Fenicia, ubicado a unos cuantos kilómetros al norte de la ciudad de Latakia, Siria.
A raíz de esto, se implementó una labor incansable de excavaciones arqueológicas, que se vieron interrumpidas con la llegada de la Segunda Guerra Mundial. Gracias a esto, ha sido posible determinar el origen de las ruinas encontradas de la civilización de Ugarit, de la cual sólo se tenía información en lo recopilado en documentos egipcios, hititas y mesopotámicos.
Ahora bien, el sorprendente hallazgo no sólo permitió confirmar la existencia de Ugarit; sino que, además, reveló una lengua hasta entonces desconocida, perteneciente a una etnia semita no judía, cuya herencia lingüística es abundante en textos literarios-religiosos de esa época, esclareciendo incluso el contexto bíblico.
Los estudios revelaron que Ugarit fue ocupada en cinco etapas, dando indicios de población a partir del VI milenio a. C., a la vez que fuera habitada ininterrumpidamente —a la llegada del III milenio antes de nuestra era— por pueblos semitas.
Lo mencionado anteriormente, pudo comprobarse por la variación de la riqueza arqueológica encontrada, al corresponder a estilos diferentes cada uno de los diversos estratos, lo que dificultó la reconstrucción histórica a causa de la abundancia de detalles entre las distintas etapas.
Se dice que la fase más importante se dio entre los años 1550 y 1360 a. C., fecha en la que la devastación causada por un terremoto, así como por incendios, destruyeron el auge de Ugarit, logrando su reconstrucción tiempo más tarde, pero siendo nuevamente destruida por los pueblos navegantes alrededor del año 1200 a. C.
A grandes rasgos, Ugarit puede ser descrita como una de las más notables ciudades semitas de las costas fenicias, a nivel comercial. A ella, se sabe que acudían comerciantes de otras tierras, como griegos y chipriotas, que coadyuvaron a su prestigio como centro comercial internacional de madera y de la púrpura (tinta de molusco).
De entre los restos descubiertos, sobresalen dos templos dedicados a los dioses fenicios: Baal y Dagón, al igual que la casa del sumo sacerdote, la biblioteca del templo y el palacio real. A su vez, múltiples casas señoriales, debajo de las cuales, solían construir tumbas.
La lengua ugarítica, escrita con caracteres cuneiformes, está emparentada con el fenicio, habiendo sido de valiosa ayuda para comprender las lagunas históricas correspondientes al Antiguo Testamento. Se trata de la lengua alfabética más antigua que, debido a la desaparición de Ugarit, no logró trascender; a diferencia del alfabeto fenicio, del cual se deriva el nuestro.
En las tablillas de arcilla descubiertas, se encontraron textos religiosos referentes a tres ciclos: la historia de Baal, la leyenda de Aqhat y el del Rey Keret.
De todos estos relatos, fue posible entender pasajes bíblicos, siendo uno de los principales la lucha de Yahvé con el monstruo marino Leviatán, mencionado en el Libro de los Salmos y del profeta Isaías.