SUMER: EL
INICIO DE MESOPOTAMIA
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e creía que el Antiguo Egipto había
sido la primera civilización de la Tierra. Sin embargo, no fue hasta entrado el
siglo XX, que esta idea se descartaría. Se llevaron a cabo importantes
descubrimientos sobre Mesopotamia, lo que condujo a serios debates entre los
historiadores.
En
el valle bajo de los ríos Tigris y Éufrates, existió Sumer, un país al
que se le acredita una sofisticada organización social y política, la cual
había desarrollado un ordenamiento jurídico. Las excavaciones efectuadas dieron
lugar al desenterramiento de diversos objetos, entre ellos, tablillas de
arcilla con escritura cuneiforme, que narran acontecimientos de la vida de los
habitantes sumerios.
A
pesar de la abundancia de tablillas, que, a su vez nos han permitido conocer la
historia de esta civilización, cabe mencionar que no existe comparación con los
grandes hallazgos de Egipto, mucho más ricos, en este aspecto.
Se
piensa que los primeros pobladores pertenecían ya a la especie Homo Sapiens
y se establecieron en las montañas del norte de Irak. En este período de pre-civilización,
conocido como El Obeid, surgieron ciudades como Eridu, Ur y Uruk.
Sería alrededor del 3500 a. C., que aparecerían los sumerios al sur de
Mesopotamia.
Se
desconoce de dónde vinieron estos hombres, ya que los hallazgos arqueológicos resultan
insuficientes para responder a esta interrogante, y establecer con claridad, su
origen. Como “Época de Uruk” se le conoce al período de su asentamiento
en la región, donde tuvo lugar el surgimiento de la escritura cuneiforme, años
más tarde.
Lamentablemente,
no se cuenta con el conocimiento total sobre la información contenida en los
pocos escritos encontrados, por lo que el desciframiento de estos es casi
impenetrable y, en consecuencia, muy pocos datos sobre ellos.
La
historia de Sumer tiene su apogeo una vez culminada la Época de Uruk,
abriendo paso a la “Época Protodinástica” que abarcó de los años
2700 a 2300 a. C. Aquí, la organización se conformaba por ciudades-estados,
cuyos centros espirituales eran el Palacio Real y el Templo. Ambas
construcciones se situaban junto al Zigurat, que era una edificación
piramidal en varios niveles, que simbolizaban la conexión de la divinidad con
la humanidad.
Durante
este tiempo, surgieron conflictos entre las distintas ciudades-estados
por el control y el predominio, dando lugar a que, al final de la Época
Protodinástica, Sumer se viera bajo el dominio de un solo Rey. No obstante,
no sería hasta la llegada de Sargón de Acad que se instauraría un
poderoso Imperio.
La
conquista fue posible gracias al manejo del arco por parte de los semitas,
quienes no tuvieron dificultad para doblegar a los antiguos sumerios, que, si
bien eran guerreros, estaban acostumbrados al combate cuerpo a cuerpo; por lo
que fueron superados y no pudieron contrarrestar el ataque.
Sargón
estableció su dominio sobre los sumerios, extendiéndose sobre Mesopotamia. Al
Este, hasta Elam; y al Oeste, a Siria y Asia Menor. Con él empezaría el Período
Acadio, o como también se le conoce: “Primer Imperio Mesopotámico”,
durante dos siglos; hasta que el pueblo de los gutu, provenientes
de Kurdistán, lo derrocó.
Ante
esto, tuvo que ser hasta antes del 2000 a. C. que resurgiera la civilización de
Sumer, debido al florecimiento de la ciudad de Ur. En esta etapa,
la cultura sumeria se extendió en todo el próximo Oriente; lo cual, tampoco
duró mucho a raíz de la invasión de los semitas amorreos, bajo el control de Hammurabi
que, en 1750 a. C., estableció el Imperio Semítico de Babilonia,
llegando a su fin, la historia de Sumer.
“El
conocimiento habla
y
la sabiduría escucha”
(Jimi Hendrix, 1942-1970).