LOS DOGÓN: LA TRIBU DE LOS ACANTILADOS
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a tribu dogón se ubica en Malí y en la frontera de Burkina Faso, al occidente del continente africano. Su creencia religiosa considera al dios Amma como el creador de los astros, al arrojar bolas de barro hacia el cielo, dando así la formación de los distintos cuerpos celestes.
Este pueblo es descendiente del grupo étnico mandinga, originario, como bien se mencionó, de la zona occidental de África, a quien se le atribuye la composición de grandes imperios de la antigüedad. Habitan en los Acantilados de Bandiagara, reconocido como Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, a un costado de la cuenca del río Níger, en Malí.
De acuerdo con los historiadores, este pueblo proviene del Valle del Alto Nilo, quienes se asentaron en el sur de Malí entre los siglos X y XIII. A grandes rasgos, son un grupo de gentes dedicadas al campo, y que guardan sus tradiciones de acuerdo con sus ancestros, evitando todo tipo de influencia del exterior.
Basan su estilo de vida agrícola totalmente en la naturaleza, a fin de medir el tiempo y los ciclos a través de ella. Las condiciones atmosféricas limitan los cultivos a pequeñas parcelas, siendo los principales productos: el mijo, la cebolla, el arroz y el maíz; lo que les ha servido para lograr intercambios con otros pueblos por carne, pescado y sal.
La organización social se divide en clases, estando a la cabeza de cada clan el Hogón, líder espiritual y político elegido por los miembros del sector dominante. Se cree que el conocimiento de este gobernante proviene de la serpiente sagrada Lebé, quien lo instruye durante las noches, confiriéndole sabiduría.
Están asentados en las mesetas de los acantilados, cuyo acceso es difícil. Son viviendas rectangulares a base de barro, resistente a las lluvias, al igual que sus graneros. Una particularidad, es que las comunidades dogón tienen un sentido antropomorfo, ya que cada sección de la aldea simboliza una parte del cuerpo humano. La cabeza se representa con la plaza principal, de gran dimensión; mientras que los altares simbolizan los pies; las viviendas, al tronco y, las manos, a unas casas circulares en donde las mujeres se retiran unos días al mes.
Las máscaras son piezas representativas y tradicionales del arte dogón, las cuales son utilizadas exclusivamente por los hombres, siendo obligatorias en ceremonias de iniciación, ciclos agrícolas (siembra y cosecha), así como funerales. Dos tipos de máscaras son más valiosas.
La primera es Kanaga, que corona una cruz de doble brazo, la cual simboliza al hombre, eje del mundo, representando al cielo (cruceta superior) y la tierra (cruceta inferior), evocando al dios Amma. La segunda es Sirigè, conocida como “la casa de pisos”, de forma rectangular y coronada con una estela pintada, la cual contiene 80 agujeros que representan a los 80 fundadores del pueblo.
Las máscaras están hechas de madera verde —en donde el responsable de seleccionarla es el joven iniciado—, con colores a base de ingredientes naturales: negro, rojo y blanco.