jueves, 16 de abril de 2020

LENTES: "La Óptica ha dado pasos agigantados en el transcurso de la historia, siendo el hombre capaz de percibir, con el ojo, aspectos que sobrepasan sus propios límites; desde la exactitud nanométrica, hasta vislumbrar más allá de nuestro sistema solar".



LENTES: UNA CLARA VISIÓN DE LUZ

A
 lo largo de la historia, el ser humano ha asociado al ojo como un símbolo de conocimiento. Siendo éste, un miembro dotado de la capacidad de percibir la luz, misma que suele ser empleada como metáfora de una sabiduría profunda. A tal grado que, aquellos que la rechacen, entran dentro de los catalogados como ciegos.

Ahora bien, hablando del campo científico, los hombres se han esforzado por corregir los defectos que, con el tiempo, terminan afectando al aparato ocular a causa de la enfermedad y la vejez. Y no sólo eso. Independientemente del estudio de la vista humana —en un contexto de salud—, los investigadores han procurado rebasar los alcances dictados, al receptor, por la naturaleza; buscando desarrollar poderosos instrumentos ópticos para contemplar, no sólo el mundo microscópico, sino el telescópico.

Los fenómenos físicos de la reflexión y la refracción de la luz, se sabe que eran ya conocidos en el mundo antiguo. Así, cretenses, griegos y egipcios contaban ya con nociones al respecto. Sin embargo, no sería hasta el surgimiento en el escenario histórico, de Alhacén, que los fundamentos de la Óptica moderna serían cimentados. Y es que el prominente físico y matemático iraquí —creador del método científico—, construyó equipos similares a los utilizados en telescopios modernos y enunció las leyes de la refracción.

Tanto ha llegado a ser la valía de su aporte, que términos que hoy empleamos para nombrar las partes del ojo, tales como retina, córnea y humor acuoso, son producto de su importante labor.

Durante el siglo XI, algunos clérigos y monjes empleaban las llamadas piedras de lectura, las cuales se les adjudica su invención al científico Abbás Ibn Firnás, aunque esto no se haya podido confirmar. Se trataba de una pequeña pieza semiesférica de cristal, capaz de amplificar la imagen de las palabras. Un objeto que ayudaba a comprender la lectura, llegando a ser un artefacto muy importante y valioso para la época. A las piedras de lectura se les conoce como las precursoras de las lupas y de los anteojos.

Pero todo cambió con la aparición de los anteojos o lentes, los cuales vinieron a beneficiar a millones de personas alrededor del mundo, revolucionando lo que, hasta ese entonces, el ámbito de la Óptica había podido alcanzar. Algunos señalan al monje dominico, Alessandro di Spina, como el inventor de estos instrumentos, aunque no se tiene total certeza al respecto.

No sólo los anteojos son importantes para el ser humano, ya que las lentes, han sido de gran ayuda en telescopios y microscopios. Un poco de historia nos dice que Galileo Galilei, en el siglo XVII, construyó un telescopio que tenía 36 aumentos y, en 1674, el biólogo neerlandés Anton van Leeuwenhoek inventó el primer microscopio.

La Óptica ha dado pasos agigantados en el transcurso de nuestra historia, siendo el hombre capaz de percibir, con el ojo, aspectos que sobrepasan sus propios límites; desde la exactitud nanométrica, hasta vislumbrar más allá de nuestro sistema solar.


“El conocimiento habla
y la sabiduría escucha”
(Jimi Hendrix, 1942-1970).