viernes, 15 de mayo de 2020

EDAD DE LA TIERRA: "Llega a ser tan cotidiano que ya nada nos asombra al recibir esta información de parte de los científicos. ¿Cómo lo hacen? Existen en la naturaleza los 'relojes naturales'. Éstos son elementos radiactivos que se han descompuesto con el tiempo, y se miden por la llamada datación radiométrica".


LA EDAD DE LA TIERRA: MÉTODOS RADIACTIVOS 

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onstantemente escuchamos en diversos sitios informativos y educativos, hablar con mucha naturalidad sobre la edad de nuestro planeta. Esto llega a ser tan cotidiano que ya nada nos asombra al recibir esta información de parte de los científicos al respecto. Pero, ¿cómo lo hacen? 

Se dice que la edad de la Tierra está inscrita en las rocas —principalmente en los estratos con millones de años de existencia—, que, a través del tiempo, han sufrido la erosión por parte del agua y del viento, permaneciendo los más antiguos, por debajo de éstos. Mediante esto es que los científicos se han dado una idea de la formación de la corteza terrestre. 

Con el simple hecho de la existencia de estratos más antiguos, no revela la edad de las rocas que lo componen. Los científicos siempre se han puesto como tarea descubrir la edad de nuestro planeta; por lo que, desde hace dos siglos, lo empezaron a tratar de hacer mediante el tiempo en que tardaban en acumularse los estratos de roca; concluyendo en que podía tener una edad de entre tres millones y mil quinientos millones de años. Algo que sin duda no ofrecía una respuesta clara. 

Definitivamente, esto requería de una estrategia mejor para conseguir el objetivo, ya que no se podía tomar un resultado dentro de un rango tan grande de años. Para esto, existe en la naturaleza lo que puede denominarse como “relojes naturales”. Éstos son elementos radiactivos que se han descompuesto con el tiempo, y se miden por la llamada datación radiométrica. 

Estos elementos radiactivos se consideran relojes bastante precisos, ya que se descomponen mediante un arreglo estricto calendarizado. Ejemplo de ello son las pruebas del Carbono 12 (C12) —considerado normal— y Carbono 14 (C14) —llamado radiactivo—, los cuales son absorbidos del aire y del agua por los seres vivos en una proporción similar. El primero se mantiene invariable en el organismo, mientras que el segundo se descompone. 

Tomando como base que en 5 mil 730 años se elimina la mitad del C14, se puede considerar la edad de un ser que vivió hace milenios, haciendo referencia a la cantidad de los dos carbonos encontrados en él. Aunque la precisión en este sentido pueda no ser exacta, los científicos y geólogos emplean otros elementos radiactivos (Uranio y Torio), con el fin de tener un segundo o tercer resultado de comparación y analizar las discrepancias que se encuentren. 

Entre las pruebas realizadas se pueden encontrar variaciones significativas en la edad de una muestra. Todo depende de que tan antiguas puedan llegar a ser. Ha habido casos en que los métodos empleados arrojan un resultado similar, pero en otros en totalmente contrastante, dando una variación importante. Esto se puede argumentar en la disminución o incremento de C14 en la atmósfera durante ciertos períodos recientes o pasados; por lo que se puede llegar a considerar a la prueba de Uranio-Torio como más efectiva. 

Tomando un promedio de vida de 4 mil 510 millones de años para la descomposición del Uranio 238, se ha llegado a calcular que los meteoritos que han caído en la Tierra, rondan los 4 mil 600 millones de años, determinando que el sistema solar, incluida la Tierra, tiene esa edad. 

 

“El conocimiento habla
y la sabiduría escucha”
(Jimi Hendrix 1942-1970).