sábado, 16 de mayo de 2020

DIOSES OLÍMPICOS: "Zeus, omnipotente deidad temida por los dioses y por los hombres, cuya furia era implacable contra todo aquél que se rebelara a su poder. Los dioses olímpicos no destacaban por ser los creadores del mundo, sino por haberlo conquistado".


LOS DIOSES OLÍMPICOS: DEIDADES SUPREMAS 

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os Dioses Homéricos son llamados como tal por su presencia en las obras de Homero, asimismo, son conocidos también como los Dioses Olímpicos por residir en la mítica Olimpia. Su nombre puede prestarse a confusión, pues en Grecia —al noroeste— estaba el Monte Olimpo y —al suroeste— Olimpia, población de Élida. 

Los historiadores ven como probable que, los aqueos, al conquistar las tierras sobre las que se desarrollaría la Grecia de antaño, debieron llevar a sus dioses e imponerlos al conquistar las tierras centrales. Tal es el caso de Élida, en donde Cronos fue reemplazado por Zeus. 

Los dioses olímpicos no destacaban por ser los creadores del mundo, sino por haberlo conquistado. Todos ellos tenían una característica en particular: gustaban del combate y de los banquetes, así como de los juegos. Según los historiadores, algunas divinidades procedían de la cultura cretomicénica y, otras, del oriente y norte de Grecia.

El ser superior era Zeus, omnipotente deidad temida por los demás dioses y por los hombres, cuya furia era implacable contra todo aquél que se rebelara a su poder. Su culto se expandió en diferentes regiones, al igual que sus mitos. Según la mitología minoica, Zeus nació en la Isla de Creta, quien se refugió en una cueva por huir de Cronos, su padre. Fue ocultado allí y criado con la leche de la cabra Amaltea. 

Años más tarde, Zeus planeó derrocar a su padre, reuniendo apoyo de sus hermanos, así como de los hecatónquiros y cíclopes, triunfando e instaurando una nueva dinastía. Por su parte, Hera, la esposa de Zeus —también relatada por Homero bajo el epíteto de “ojos de vaca”—, es relacionada con la diosa-vaca micénica. De ella es sabido su conflicto permanente con Zeus, cuyo origen bien pudo deberse a la invasión de éste, casándose con ella y sometiéndola. 

Otro de los personajes divinos —dominante del mar y los océanos— era Poseidón, cuyo tridente fue forjado por los hecatónquiros y cíclopes. El origen del dios Apolo se torna controversial, pues se sospecha que procedía de Asia Menor y, no así, de tierras helénicas; estableciéndose como el guardián de Delfos y, por ende, de los oráculos. Por su parte, Atenea —hija de Zeus y diosa de la justicia, la ciencia y la sabiduría— se convirtió en la deidad protectora de la ciudad de Atenas; cuyo nacimiento se diera, luego de que su padre devorara a Metis, surgiendo Atenea de su frente. 

Otra diosa del panteón griego fue Afrodita —con un pasado oriental en la deidad fenicia Astarté—, esposa de Hefesto, vinculada al amor, la fecundidad y la femineidad. Contrariamente, Hefesto era el único dios con una actividad física, a diferencia del resto de los dioses, desempeñándose como herrero; lo que le valió el desprecio de éstos, incluyendo a su esposa. 

Ares, quien fuera asociado al campo militar, personificaba la brutalidad y el horror de la guerra. Destaca por ser el amante de Afrodita, con quien procreó varios hijos, incluyendo a Eros, dios del deseo. 

Una diosa con características benevolentes hacia los animales y la naturaleza fue Artemisa, melliza de Apolo y quien fuera ampliamente venerada.  Por su parte, Hermes, era el dios mensajero del Olimpo y el guía de las almas en el inframundo. 

Existen en el listado otros dioses como Deméter y Core, madre e hija asociadas a la agricultura; así como Dionisio, dios del vino y de la fertilidad. Cabe mencionar que estos últimos no aparecen en los relatos homéricos, sino que fueron posteriores por el predominio de la ganadería, hasta que la agricultura tomó más relevancia. 

 

“El conocimiento habla
y la sabiduría escucha”
(Jimi Hendrix, 1942-1970).