miércoles, 15 de julio de 2020

EL EXPRESIONISMO: "Con tal de llegar de forma más directa al espectador, el creador de la obra elige una temática, la cual libere los sentimientos, bajo una distorsión de emociones, lo que se refleja en la forma, lejos de la realidad objetiva, siendo su valía la visión personal".

"El jinete azul", Vasili Kandinsky (1903).

EL EXPRESIONISMO: EMOCIONES LEJOS DE LA REALIDAD 

A

 partir del último tercio del siglo XIX y durante el primero del siglo XX, en Alemania destacó el Expresionismo, el cual —al ser expandido a otros países y en épocas distintas—, terminó por identificarse como “Expresionismo alemán”, diferenciándose de los otros dos existentes: el “Expresionismo abstracto” y el “Expresionismo en general”. 

Al término Expresionismo, se le ha identificado como una definición de los fenómenos culturales, por lo que el sentimiento del artista predomina sobre el pensamiento; es decir, no describe situaciones, sino que expresa emociones, dando lugar a ser un medio utilizado por encima de los aceptados de forma habitual y permitida. 

Con tal de llegar de forma más directa al espectador, el creador de la obra elige una temática, la cual libere los sentimientos, bajo una distorsión de emociones, lo que se refleja en la forma, lejos de la realidad objetiva, siendo su valía la visión personal; la cual tiene como finalidad la proyección de las experiencias menos líricas y angustiosas del artista. 

Es de señalarse que no existe ningún manifiesto como tal. Del Expresionismo, se dice, que esto es debido a la forma de pensar de los propios expresionistas, contrarios de las declaraciones programáticas y afines a la expresión individualista. 

Se ha considerado, como manifiesto, aunque no haya sido aceptado por los integrantes del movimiento, la conferencia de Kasimir Edschmid de 1917, denominada: “En torno al Expresionismo en poesía o la Crónica de la Unión Artística Die Britcke” de Ernst Ludwig Kirschner, de 1913. En tal manifiesto se expresaba: 

“La pintura expresionista es el arte que representa, en un plano, un fenómeno sensible. El medio de la pintura es el color, como fondo y línea. El pintor transforma en obra de arte la concepción sensible de su experiencia. Por medio de un continuo ejercicio aprende a usar sus medios. 

No hay reglas fijas para esto. Las reglas para una obra sola se forman durante el trabajo, a través de la personalidad del creador, la manera de su técnica y el tema que se propone. Estas reglas se pueden captar en la obra terminada, pero nunca se puede construir una obra basándose en leyes o modelos, pues al final, se puede decir que en el Expresionismo: ‘la obra de arte nace de la transposición total de la idea personal en el trabajo’”. 

Los orígenes del Expresionismo se dan entre 1885 y 1900, donde artistas como Van Gogh, Ensor, Gauguin, entre otros, dejaron de lado la pasión pictórica del Impresionismo para dar paso a la proyección de la problemática interior de cada artista. 

Además, hay dos estilos que están muy ligados al Expresionismo, los cuales, tienen características propias: el Fauvismo y el Expresionismo abstracto. El primero, es muy semejante en color y forma, basado, por más, casi en lo instintivo. Por su parte, el segundo es un movimiento desarrollado en los Estados Unidos a mediados del siglo XX y posteriormente en Europa; destacando una pintura centrada en el desarrollo de los trazos o conformación de las zonas cromáticas. 

El Expresionismo se centró en dos grupos formados en Alemania: El “Die Brücke” (1905), teniendo como exponentes a Ernst Ludwig Kirchner, Erich Heckel, Karl Schmidt-Rottluff y Fritz Bleyl. El otro grupo de nombre “Der Blaue Reiter” (1911), comandados por Vasili Kandinski, Franz Marc, Paul Klee, Alexej von Jawlensky, Lyonel Feininger y otros artistas más. 

Finalmente, tras el fin de la Primera Guerra Mundial, surgió un nuevo grupo denominado “Neue Sachlichkeit”, en donde artistas como Otto Dix, George Grosz, Max Beckmann, Conrad Felixmüller, Christian Schad, Rudolf Schlichter, Ludwig Meidner, Karl Hofer, lo conformarían. 

 

“El conocimiento habla
y la sabiduría escucha”
(Jimi Hendrix, 1942-1970).