MUEBLE COLONIAL: UN ESTILO VIVO
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icen que las cosas antiguas son mejores y que lo nuevo poco puede hacer ante esta afirmación. Puede que en cierta medida esto sea verdad y, en otras, no tanto. Un ejemplo de lo primero sería querer imitar algunos tipos y modelos de ciertas cosas, basándose en tendencias que datan de décadas pasadas, incluso siglos. Tal es el caso de los muebles de estilo colonial.
A la fecha, el gusto por los muebles antiguos sigue en apogeo, al ser una línea que es muy fácil de adaptar a la mayoría de combinaciones posibles en los distintos espacios de cualquier casa. Debido a esto, diferentes marcas, dedicadas a la industria de mobiliario, se han dado a la tarea de recrearlos bajo las condiciones de los muebles originales.
Los fabricantes han logrado reproducirlos con mucha semejanza en sus formas y tamaños, empleando el mismo tipo de materias primas que los antiguos artesanos coloniales. A pesar de que esto es algo bueno, no siempre es la misma calidad entre una marca y otra, puesto que siempre han existido grupos no tan especialistas, dando como resultado final, que el producto no sea el más elegante ni el más distinguido.
Los fabricantes expertos que siguen los patrones exactos de los viejos mobiliarios —basados en las colonias europeas, asiáticas y africanas del siglo XIX—, dan una garantía de que el producto adquirido representa lo que, en su época, fue un símbolo representativo de distinción.
Son considerados como antigüedades todos los muebles originales del siglo antepasado, los pertenecientes a las colonias holandesas, francesas e inglesas. Lo anterior se ve reflejado en el alto costo y en lo codiciados que son por coleccionistas de arte e importadores, por lo que basta decir que, se rigen por las mismas leyes que los muebles isabelino o victoriano.
Al ser tan buscados en el mercado, los muebles originales son difíciles de encontrar; más si se trata de conseguir un juego completo, además de que, si se hallara, el costo sería sumamente alto. Por esta razón, es más común encontrar piezas individuales. Es aquí en donde el objetivo principal de los fabricantes actuales toma mayor relevancia, al reproducir las líneas, los detalles y la magia que contiene cada pieza, adaptándolas a las necesidades de los consumidores de hoy.
Se dice que, para lograrlo, se necesita hacer uso de los materiales autóctonos. Algo que suena lógico si de reproducirlos se trata. Existen importadores que negocian directamente con fabricantes de los países de origen, mientras que otros, prefieren instalar sus fábricas y manufacturarlos ellos mismos. Al final de cuentas, con esto se logra conseguir lo que se desea, a precios más accesibles y, sobre todo, completos; algo que las reproducciones tienen a favor en comparación a las originales.
Al hablar de muebles coloniales, es muy común que, al primer contacto, surja el deseo de adquirirlos y después la necesidad, por lo que siempre se recomendará un análisis previo de costo versus beneficio. Lo que sí es verdad, es que no se nos culparía si los compráramos en un arrebato.