RELIQUIA: ACCIÓN DE GRACIAS LAGUNERA
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n Torreón, Coahuila, conocida como la “ciudad
de los grandes esfuerzos” —frase atribuida al desaparecido cronista
deportivo, Fernando Alonso Avilés, padre del conocido narrador, también deportivo,
Emilio Fernando Alonso—, así como en toda la Comarca Lagunera, existe una
tradición de muchos años, la cual fue adoptada y encontró un sitio en donde
echar raíces.
Cobijada
por los habitantes de esta zona geográfica de México, comprendida principalmente,
por las ciudades duranguenses de Lerdo y Gómez Palacio, por un lado, y por
Coahuila, la ya mencionada Torreón.
Me
refiero a la emblemática “Reliquia”, tradición que está basada con
tintes religiosos, que identifica a esta parte del norte de nuestro país.
Dentro de la religión católica, se denomina “reliquias” a los restos
mortuorios, totales o parciales, de los santos; esto se aplica también a
objetos y vestimenta que pertenecieron a los susodichos, los cuales se
consideran dignos de veneración.
En
este caso, el significado es diferente, aunque tiene que ver mucho con el
carácter religioso. Como todos sabemos, México es un país en donde la religión
es algo más que importante, por lo que las encomiendas a diferentes santos son
muy comunes. Y en donde la devoción a estos personajes de la fe, a quienes se
les solicita un “favor” y a cambio, se ofrece una promesa o manda, es
muy popular.
Ahí
es, donde todo inicia. De acuerdo al santoral, en el día que corresponde al
santo, año tras año, se llevará a cabo, en la casa de la familia donde se hizo
la promesa, una serie de actividades, que inicia desde temprano; en donde la
danza de “matachines” es la señal, que, en ese domicilio, se ofrecerá
una Reliquia.
Después,
se reza el Rosario y una vez terminado, se abre paso al banquete, que consta de
distribuir comida a todos los asistentes y a todo aquél, que se presente a
solicitar un plato con comida.
La
comida que se reparte es para muchos, lo más importante y el objetivo principal
de la Reliquia. Consta de “Asado de puerco”, que es carne de lomo o
pierna de cerdo en un tipo de adobo de chile colorado, tomate, cebolla, ajo y
especias. La otra mitad de la Reliquia, se basa en que se sirven siete tipos
distintos de sopa de sémola de trigo (comúnmente llamadas “de pasta”),
secas, no caldosas; aunque en ocasiones, una de las sopas de trigo, se puede
sustituir por la de “semilla de melón”, igualmente rica. Como en todo
festejo, por lo general, de beber puede haber cerveza y agua de sabor, según
las condiciones de cada familia.
La
gente hace filas para recibir una porción, que en caso de ser posible, pueden
repetir plato, la cosa es quedar satisfechos. Se pueden apreciar los grandes
cazos con comida, que bien pueden alimentar a una comunidad entera de forma
gratuita. Lo bonito de esta tradición es que cualquiera puede llegar a
degustar de la Reliquia, ya que el objetivo es compartir con los demás, en
agradecimiento por el favor obtenido o solicitado al santo de la devoción, y
que es un símbolo de humildad y buena voluntad.
Se
dice que la comida tiene su significado. Mientras la carne de cerdo, alimenta
al cuerpo, las siete sopas, alimentan el alma y representan a las siete
virtudes, que confrontan a los siete pecados capitales.
Fiesta
o tradición, lo que vale es que es un evento con abundancia de comida, que da
identidad a una zona tan importante como lo es, la región lagunera.
“El
conocimiento habla
y
la sabiduría escucha”
(Jimi Hendrix, 1942-1970).