jueves, 30 de enero de 2020

TELÉFONO: "¿Se ha convertido en un amigo o en un enemigo? Se preguntarán por qué verlo de esas dos formas. Es tan sencillo usarlo, pero nos hace tan fácil todo, que ya no necesitamos guardar números telefónicos en nuestro cerebro".



TELÉFONO: ¿AMIGO O ENEMIGO?

“Cuando el teléfono estaba atado
al cable, los humanos eran libres”
(Anónimo: cita difundida en internet)

E
l uso de este invento revolucionario, en lo que se refiere a la comunicación, ha sido de gran utilidad para los seres humanos. Pero: ¿hasta qué punto ha sido benéfico o dañino, conforme ha ido evolucionando? Como sabemos, de acuerdo con la historia, el primer dispositivo de telecomunicación se inventó en 1854, por Antonio Meucci; quien tuvo problemas financieros, por los cuales, le fue imposible patentar su invento.

Años más tarde, en 1876, Alexander Graham Bell retomó la inquietud por inventar un aparato de telecomunicaciones que funcionara correctamente. Y no sólo eso, él fue quien patentó debidamente el nuevo dispositivo. En compañía de Elisha Gray, fueron reconocidos como los inventores.

Pero, hace algunos años atrás y para ser exactos, el 11 de junio de 2002, el Congreso de los Estados Unidos de Norteamérica, decidió aprobar la resolución 269, y con ello, se reconoció a Antonio Meucci como el genuino inventor del teléfono.

La mayoría de los adultos de hoy en día, recordaremos que, en nuestra época infantil, no tan fácilmente se podía gozar de contar con un teléfono en casa. Dependíamos del teléfono público, ya sea en una caseta telefónica, que era atendida por una telefonista; o la segunda opción, un teléfono en la calle, donde depositabas monedas y de esa forma podías tener el servicio por un período corto de tiempo.

El servicio telefónico ha ido evolucionando, como todo en la actualidad. Los teléfonos antiguos contaban con un disco giratorio para realizar la marcación de algún número; después, llegó el teléfono con botones individuales para seleccionar cada número. Mucho más cómodo y sencillo que su antecesor.

Los teléfonos de antes no eran tan lujosos como los que existen actualmente. Únicamente servían para una sola cosa: hablar por medio de ellos. No contaban con memoria interna para almacenar información de nuestros contactos frecuentes, ni tampoco tenían el servicio de buzón de llamadas.

Algo que, para algunos, posiblemente causará nostalgia: los teléfonos de antes siempre permanecían en un sólo lugar, ya que todo estaba sujeto al cable, lo que les permitía tener el servicio de comunicación.

Hoy, podemos disfrutar de una variedad y de una gama muy extensa en lo que se refiere a modelos, colores, estilos y diferentes opciones de servicio en estos dispositivos. Ya no necesitamos memorizar números telefónicos de familiares o amigos, ya que basta con recibir una llamada por parte de cada uno de ellos, o ingresar directamente la información por cuenta propia, y de ese modo, identificarles.

También, ya no tenemos que preocuparnos por no levantar la bocina, con el temor de llevarnos una desagradable sorpresa; nos han hecho tan fácil el uso de estos aparatos, que ahora sólo basta con ver la pantalla y ver quién nos está intentando localizar.

Por si todo lo anterior no fuera suficiente, existen las modalidades de poder recibir más de una llama al mismo tiempo, mientras se pone en pausa y se atiende a otra llamada; incluso, tiene la opción de hablar tres personas al mismo tiempo en el caso de necesitarlo.

Por último, y no menos importante, si llegas a recibir una llamada telefónica y no te encuentras en casa, no hay problema: el buzón de voz atenderá por ti y podrá almacenar archivos de voz, dejado por la persona que necesita contactarte, y así más tarde, puedas regresar o devolver la llamada.

Algo para reflexionar: ¿el teléfono se ha convertido en un amigo o en un enemigo? Se preguntarán por qué verlo de esas dos formas. Es tan sencillo usarlo, pero nos hace tan fácil todo, que ya no necesitamos guardar números telefónicos en nuestro cerebro.


“El conocimiento habla
y la sabiduría escucha”
(Jimi Hendrix, 1942-1970).