domingo, 23 de febrero de 2020

ADICCIONES: "Lamentablemente son más comunes dentro de las personas que conocemos. Siempre será factible ayudar a quien lo necesite, acudiendo con los profesionales en la materia, para que busquen una solución y ayuda adecuada al paciente para su rehabilitación".



ADICCIONES: EL MAL DE NUESTROS TIEMPOS

A
lgo que se ha vuelto común en los diferentes niveles de vida y clases sociales, son las adicciones. Posiblemente sobre este tema se ha escrito mucho al respecto, por lo que trataremos de enfocarnos sobre este asunto de una forma simple, sin usar muchos términos que resulten complicados de asimilar; tomando en cuenta su seriedad.

Primeramente, hay que definir el término. La “adicción” se considera una enfermedad dentro de las catalogadas como crónicas, en donde la dependencia a diferentes causas, provocan en el individuo una sensación de satisfacción y alivio.

Esto se refleja en la conducta del adicto, causando un desorden en su persona, afectándole en su vida normal, al no ser capaz de poder abstenerse a lo que le produce esa sensación de placer. Existen distintos ejemplos de adicciones, las que se desarrollan a base del consumo de algún tipo de sustancia, las de conducta y las que tienen que ver con el modo de pensar (afectivas y emocionales).

Los efectos de la adicción se reflejan en los aspectos biológico, social y psicológico, presentándose de forma diferente en cada persona, por lo que hay que considerar el entorno, estilo de vida y las emociones del enfermo.

Para ser “dependiente” se necesita de tiempo suficiente para saber el riesgo que se corre, al experimentar con los distintos tipos de productos a los que se expone la población. En otras palabras, de un día para otro no se puede obtener una adicción, sino que el paso del tiempo y los resultados obtenidos, harán que el individuo recurra cada vez más a seguir probando y experimentando, consiguiendo un “aprendizaje”.

Los pasos para llegar a formar una adicción serían: el uso del producto (sustancia, actitud, etc.), apreciación de los efectos (lo que incita a seguir cada vez más) y el disfrute del resultado (repetirlo o desecharlo). Mientras los resultados sean aceptados, el consumo pasará de ocasional a habitual.

Como mencionamos en párrafos anteriores, el entorno tiene mucho que ver para fomentar una adicción. Las circunstancias, sitios y otras personas influyen a que se desarrolle este tipo de hábitos. Todo empieza como parte de conocer “cosas nuevas”, lo que lleva a la fase de experimentación y al posterior uso habitual.

Cabe destacar, que la personalidad de cada individuo es fundamental para tener una adicción. Estando bajo los efectos, se pueden enfrentar situaciones que en circunstancias normales no se realizarían, todo por estar bajo la influencia de éstos.

Puede decirse que todas las adicciones tienen un patrón común, ya que el efecto de estimular, bien puede presentarse en el consumo de drogas, alcohol, comida o a la televisión, por mencionar algo.

Las adicciones de ingestión de sustancias se pueden dividir en legales e ilegales. Dentro de las llamadas “aceptadas” están la nicotina, la cafeína y el alcohol, además de medicamentos que a la larga, ocasionan un mismo efecto. En el grupo de las “ilícitas”, se encuentran la marihuana, cocaína y varias más.

Otros ejemplos de adicción de ingestión son por alimentación, tales como la anorexia, bulimia y comer compulsivamente.

Las adicciones por conducta caen en la obsesión hacia diferentes actividades, cayendo en la exageración. Ejemplos: trabajo, limpieza, internet, teléfono, juego, nuevas tecnologías, etc., llegando a provocar aislamiento en el individuo.

Por último, las adicciones afectivas y emocionales, quizá las más extrañas de todas, ya que dependen de la influencia de otras personas para sentirse bien.

Cual sea el caso, la exposición a algún tipo de adicción está más latente que nunca; por ese motivo siempre será importante la comunicación dentro de la familia para formar una barrera contra los excesos. Sabemos que los jóvenes en su afán de conocer cosas nuevas, son los más susceptibles a desarrollar una adicción; por lo que hay que estar ahí para ayudarles.

Los síntomas que se pueden presentar van en relación a la progresión de la enfermedad: se vuelve prioritario el tiempo de conducta adictiva; el uso se vuelve descontrolado; daño personal en su entorno familiar y laboral; negación y justificación  hacia la conducta, tomando sólo los momentos “buenos” y desechando los malos, minimizando las consecuencias.

Lamentablemente este tipo de adicciones son más comunes dentro de las personas que conocemos. Siempre será factible ayudar a quien lo necesite, acudiendo con los profesionales en la materia, para que busquen una solución y ayuda adecuada al paciente para su rehabilitación.


“El conocimiento habla
y la sabiduría escucha”
(Jimi Hendrix, 1942-1970).