sábado, 22 de febrero de 2020

MESOPOTAMIA: "Conocida así por los griegos y considerada como la cuna de la Humanidad. Objeto de ímpetu por ser estudiada, toda vez que cuenta con relevancia bíblica y con el protagonismo de las tribus semitas. Sin embargo, las investigaciones han arrojado que, mucho tiempo antes, alguien más llegó".



MESOPOTAMIA: LA CUNA DE LA HUMANIDAD

M
esopotamia fue conocida por los griegos como una tierra: “entre ríos”, que es de hecho, lo que este nombre significa, debido a la presencia de los ríos Tigris y Éufrates, fundamentales para esta zona en aquellos años. Los historiadores han considerado que este antiguo país fue la cuna de la humanidad; pero lo irónico de la cuestión, es que apenas y existe vestigio de ello.

De no ser por la ardua labor en estas tierras, que durante más de un siglo les ha tomado a los arqueólogos la investigación, no tendríamos rastro de la presencia humana. Asombrosamente, los resultados han arrojado que, ya desde sus inicios, los habitantes de esta región contaban con los rasgos necesarios para ser considerados una auténtica civilización.

            Para los antiguos pobladores, los agresivos períodos de sequía les resultaba un grave problema para la supervivencia. Fue entonces que ingeniaron modos para sacar provecho de los desbordamientos. Los tells —como son llamados los montículos de escombros o ruinas—, demuestran un criterio de construcción peculiar, toda vez que, al realizar excavaciones, los investigadores han debido cuidar las distintas capas para no dañarlas. Esto se debe principalmente, a que, al momento de iniciar la construcción, no se retiraban los remanentes ya existentes, sino que se trabajaba encima de estos.

            Mesopotamia ha sido objeto de ímpetu por ser estudiada, toda vez que cuenta con relevancia bíblica y con el protagonismo de las tribus semitas. Es en ella donde habría sido colocado el Paraíso Terrenal al principio de los tiempos, y de donde posteriormente procedería Abraham. Sin embargo, los resultados de las investigaciones de los tells —analizando las capas más antiguas de las que se ha tenido registro—, han arrojado que, mucho antes de la presencia de los pueblos semitas (sirios, judíos, fenicios y árabes) en estas regiones, alguien más llegó.

Los sumerios, de Sumer —como solían llamar a su tierra— eran un pueblo de conocimientos avanzados, que, según se cree, vendrían de la región histórica de Turquestán. No poseían los mismos rasgos físicos que los semitas, y a diferencia de estos últimos, los sumerios solían afeitarse la cabeza y la barba. Es por ello, que cuando años después los semitas aparecieron, los sumerios solían identificarlos como “los negros”, debido a que, a diferencia de ellos, no estaba entre sus costumbres afeitarse la cabeza. Se sabe que contaban con una organización social interesante, no sólo poseedora de un culto, sino instituida bajo leyes y con un sistema de escritura.

Cada una de las ciudades sumerias estaba amparada por una entidad guardiana, y a la cual, algún rasgo animal podría ser empleado para representarla. Cuando en su momento surge Babilonia en la Historia, “Marduk” se convertiría en la divinidad más sobresaliente del panteón sumerio. Por su parte, Ur —la ciudad natal del patriarca Abraham—, se encontraba resguardada por el dios “Sinai” de donde provendría el nombre del Monte Sinaí. En la zona de Ereck se reconocía a la diosa “Ishtar”, luego conocida como Afrodita y Venus por los griegos y romanos, respectivamente.

La Historia nunca dejará de ser un mar de secretos que siempre nos sorprenderá, y cuyo estudio nos abre la comprensión día a día sobre nuestra humanidad.


“El conocimiento habla
y la sabiduría escucha”
(Jimi Hendrix, 1942-1970).