AGUA: SINÓNIMO DE VIDA
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lgo muy común, quizá hasta
intrascendente para mucha gente, es la existencia del agua. Ese crucial líquido
que, de no existir, simplemente la vida no cabría en este mundo. No sólo son
dos átomos de hidrógeno y uno de oxígeno, lo que componen una molécula. Esto va
más allá.
A
pesar de que este líquido recubre casi tres cuartas partes de nuestro planeta,
sólo un porcentaje mínimo es considerado para la existencia de seres vivos,
fuera de los océanos. Se puede encontrar en cado uno de los estados físicos de
la materia: sólido, líquido y gas.
Necesaria
para nuestras actividades diarias —así como también para satisfacer nuestra
hidratación—, se ha convertido en tema de debate el cuidado y manejo de este
recurso tan importante. Tan es así, que se han llevado disputas entre naciones
por la repartición, cuando un cuerpo de agua delimita los territorios de los
involucrados.
En
menor escala, pero con el mismo sentido, este tipo de problemas se ha visto en
campesinos de distintas latitudes; en donde la importancia del agua es valiosa
para los sembradíos, como para la crianza de ganado.
Afortunadamente,
mucha gente ha empezado a tomar la iniciativa de hacer frente, con acciones a
favor del cuidado del agua. Todavía falta mucho por hacer, debido a que, a
pesar de ser un gran número de personas, esto sigue representando un porcentaje
mínimo dentro de la población mundial.
Lo
importante de esto, es tener el apoyo de los gobiernos de cada país, para que,
en conjunto, con organizaciones locales y con la ciudadanía en general, se den
a la tarea del cuidado de los afluentes superficiales, así como de los mantos
acuíferos subterráneos; evitando la contaminación y el desperdicio.
Dentro
del ciclo hidrológico, podemos observar que se lleva a cabo, de la forma en que
todos lo conocemos: el agua en forma de vapor (nubes) se condensa, lo que
provoca la precipitación (lluvia) y la posterior fecundación de los campos,
para ser absorbida por las plantas y animales; que, después, da paso a la
evapotranspiración y evaporación de los cuerpos de agua. No sin antes haber
recargado los mantos subterráneos.
Algo
que posiblemente sea común en todo el mundo, a pesar del ciclo hidrológico, es
ver que las temporadas de lluvias se han visto alteradas de una forma tal, que,
en sitios en los que llovía mucho, ahora no lo son y viceversa; debido a lo que
se le conoce como calentamiento global.
Esto
se puede observar en las cuencas de los principales ríos de cada lugar. Ya sea
que unas reducen y otras aumentan. Por lo que, los estudios hidrológicos que
monitorean estos fenómenos determinan las variaciones estadísticas, año tras
año. Esto hace que los niveles de los ríos y, en consecuencia, la falta de agua
para las poblaciones se haga presente; teniendo que hacer uso de bombeos a
grandes profundidades de los mantos subterráneos, para poder enfrentar las
necesidades básicas.
Todo
esto no sería malo si es que el agua subterránea no se agotara; por lo que
dependemos de nuestra conciencia para cuidar el líquido vital de nuestra
existencia. Vayamos pues, a poner nuestro granito de arena, empezando por
evitar el mal uso y evitar las fugas; así como denunciar con las autoridades
competentes las que se presenten en la localidad.
Ser
sapiente es cuidar el agua.
“El
conocimiento habla
y la sabiduría
escucha”
(Jimi Hendrix, 1942-1970).