CHAVORRUCOS: EL INICIO A UNA NUEVA EDAD
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l inevitable paso del tiempo va
haciendo estragos en todo lo que existe. Todo se deteriora y en consecuencia se
le denomina: “viejo”. Posiblemente sea una de las palabras que no
quisiéramos escuchar jamás, ya que al interpretar el significado, lo podemos
asociar a que, tanto nuestras cosas como nosotros mismos, hemos estando
cambiando mientras los años pasan.
Cuando
un par de zapatos, ropa o cualquier otro artículo “envejece”, los
cambiamos. A un automóvil, por ejemplo, procuramos darle un buen mantenimiento
con tal de que nos siga dando las prestaciones que durante buen tiempo ha
otorgado.
Así
podríamos seguir enumerando cosa tras cosa. Pero, ¿qué sucede con nosotros? Las
personas al igual que el resto de los objetos, vamos cambiando; nuestras
facultades se van disminuyendo en muchos sentidos. Ya no somos los vigorosos
adolescentes que podíamos desvelarnos hasta altas horas de la noche, para al
otro día estar tan frescos como si nada hubiese pasado.
Algunos
aceptamos de buena forma este cambio en nuestra vida, al reconocer que las
habilidades para efectuar ciertas actividades se han perdido. Aparecen algunas
dolencias, nos volvemos lentos, las canas empiezan a decorar nuestro cabello,
los medicamentos se hacen cada vez más presentes; en fin, la lista es larga.
Pero
existen algunos seres que se niegan a reconocer que “envejecemos” y
tratan a toda costa de retrasar esta condición natural. Es bueno que una
persona de edad adulta, cuide sus hábitos alimenticios, procure realizar
rutinas de ejercicio, estar al tanto de los avances tecnológicos y otras cosas.
Hasta
ahí, todo parece muy bien. Pero hay casos en que la gente acude a cirugías
estéticas con especialistas para buscar otro tipo de soluciones, en los cuales,
el número de hombres y mujeres casi van a la par. Todavía hasta este punto,
considerémoslo dentro de lo “razonable”.
Pero
cuando la actitud de la gente de cierta edad empieza a cambiar, no correspondiendo
de acuerdo con la cantidad de años que tiene; empieza a vestirse con atuendos
más juveniles, juntarse y frecuentar lugares para gente más joven, queriendo
adaptar su estilo de vida: estamos ante un potencial “Chavorruco”.
El
término “Chavorruco”, posiblemente sea nuevo para muchos; pero es el
tipo de actitudes en que la gente quiere aparentar menos edad, siguiendo lo
descrito anteriormente. Este comportamiento (no de todos), se ha dado siempre al
llegar a una edad en la que las canas y arrugas empiezan a aparecer.
Hoy
en día en México, se considera que, un valor de casi la mitad de la población
corresponde a gente que oscila entre los 35 y 50 años de edad, por lo que, la “chavorruquez”
está más presente que nunca. Este término es empleado para referirse a las
personas que están dentro de este parámetro de edad: “Chavo” = Joven; “Ruco”
= Viejo. Explicamos esto para los lectores de otras latitudes y que el
término les resulte extraño, no encontrándolo como tal en los diccionarios.
Ser
chavorruco no es malo, malo es caer en exageraciones en las que lleguen
a tornar en lo ridículo. Por este motivo, cuando nos demos cuenta de que no
actuamos como debe ser, o vemos esto en alguien más, ayudémosles a que esta
nueva etapa de vida sea mejor.
Algo
muy positivo en la gente, de esta edad, principalmente, es cuidar de su salud e
imagen. Lo que impacta en este mundo moderno es la aparición constante de
marcas extranjeras, en donde la belleza de la juventud es el estandarte para
sus ventas. Esto ocasiona y motiva a querer involucrarse más y mantenerse en
ese “concepto juvenil”. Lo que como estrategia funciona, pero
considerando siempre lo que de la moda nos convenga sin caer en la exageración.
“El
conocimiento habla
y
la sabiduría escucha”
(Jimi Hendrix, 1942-1970).