jueves, 20 de febrero de 2020

GRECIA: "La mujer espartana, ante un criterio social diferente, podía llevar a cabo entrenamiento atlético. Las carreras eran las principales, pero eso no impedía que practicara natación, salto, lucha, entre otras disciplinas. Cinisca, es recordada en la Historia como la primera mujer en ganar los Juegos Olímpicos de la antigüedad".


"La carrera entre Hipómenes y Atalanta" (Noël Hallé, 1711-1781)

GRECIA: EL DEPORTE Y LA MUJER

E
n la antigüedad, el deporte estaba íntimamente conectado con la religión. Era imposible concebir la actividad deportiva como algo ajeno al culto. Naturalmente, es de suponerse que el hombre contaba con un papel destacado. Sin embargo, la mujer también tuvo participación en este aspecto.

Hablando de Grecia, la mujer de Atenas era diferente a la mujer de Esparta. La ateniense presentaba rasgos más reservados que la enfocaban a las labores domésticas, mientras que la espartana, ante un criterio social diferente, podía llevar a cabo entrenamiento atlético. Las carreras eran las principales, pero eso no impedía que una mujer practicara natación, salto, lucha, entre otras disciplinas.

La historia sitúa a Licurgo como la causa de esta idea en Esparta, quien estableció que el ejercicio físico debía estar por encima del ejercicio intelectual, ya que una madre fuerte podría soportar los dolores del parto; a la vez que la unión de dos personas saludables daría lugar a la concepción de generaciones fuertes. A su vez, se pensaba que el ejercicio ayudaría a que una ama de casa pudiera llevar una vida menos complicada en el cuidado del hogar.

En la literatura, las mujeres asociadas al deporte solían dar una apariencia de masculinidad en su actuar y proceder. Tales serían los casos de Atalanta y Cirene, ambas reconocidas por su fuerza y destreza en la caza. Aristóteles, al concebir en su filosofía la ciudad ideal, veía adecuado que las mujeres de esa nueva sociedad estuvieran preparadas físicamente.

La desnudez es un tema recurrente y controvertido al hablar del asunto. Se ha mencionado, que las mujeres espartanas practicaban deporte portando atuendos; pero hay quienes aseguran que llegaban a hacerlo sin ellos. Esto último, debido a que la desnudez del cuerpo humano no sería motivo de escándalo e indecencia. Algo que, en el futuro, para los romanos no sería bien visto.

Los Juegos Hereos, en honor a Hera, eran las competencias femeninas más importantes, con un total de 16 participantes. Evento que consistía en carreras de mujeres, en donde las ganadoras tenían el derecho a que les fuera erigida una estatua por su triunfo. Al igual que los Juegos Olímpicos, se estima que eran celebrados en intervalos de cuatro años; pero por desgracia, no se ha podido ubicar una fecha exacta de su aparición. Se desconoce, por tanto, si surgieron primero que los Juegos Olímpicos, o si fueron posteriores a estos.

La princesa espartana, Cinisca, es recordada en la Historia como la primera mujer en ganar los Juegos Olímpicos de la antigüedad, y cuya victoria en carrera de carros tirados por cuatro caballos, quedaría inmortalizada bajo sus propias palabras: “Me declaro la única mujer de toda Grecia que ha ganado esta corona”.

Y aunque es verdad que se trata de un acontecimiento meritorio y de orgullo, en opinión de Fernando García Romero, de la Universidad Complutense de Madrid, en aquel entonces el merecedor del triunfo no era el auriga (el conductor), sino el dueño de los caballos; no perdiendo de vista el hecho que Cinisca era una figura acaudalada.

Lo importante, es el hecho de que la participación de la mujer, dentro de los considerados primeros juegos olímpicos, haya trascendido hasta nuestros días, bajo la consigna de igualdad con el resto de participantes.


“El conocimiento habla
y la sabiduría escucha”
(Jimi Hendrix, 1942-1970).