PIE GRANDE: EL GRAN MITO AMERICANO
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Quién de los presentes no ha escuchado
mencionar este nombre? El sólo hecho de pronunciarlo es motivo y causa de
fascinación por parte de los amantes de temas inverosímiles; convirtiéndose, en
muchas de las ocasiones, en sabuesos en la materia, obsesionados por encontrar
pruebas de la existencia de este singular ser de descomunal tamaño, y que, a su
vez, supondría ganar fama y fortuna.
Los
principales avistamientos han sido registrados en territorio de dos grandes
países del norte de América, caracterizados por su exuberante zona boscosa: Estados
Unidos y Canadá. Según se afirma, aquí es donde han ocurrido los encuentros más
insólitos entre el ser humano con esta misteriosa bestia: “Pie Grande”.
Misma que, de acuerdo con ciertas teorías, no se originó en el Continente
Americano, sino que, al igual que el hombre, atravesó el Estrecho de Bering.
De
acuerdo con los relatos de testigos —gente que gusta de acampar y practicar
senderismo, así como de residentes de las áreas cercanas—, estos aseveran haber
sido víctimas de intimidación por medio de estridentes rugidos. Otros más,
aseguran haber resultado blanco de agresiones, al desatarse inesperadamente, una
lluvia de rocas y troncos. La peculiaridad más inquietante, es la dificultad
que ha supuesto localizarlo, pese a tratarse de una bestia formidable que acostumbra
a dejar, como principal vestigio, una huella enorme en la tierra. Lo anterior
ha orillado a pensar, que esta especie puede llegar a sobrepasar los dos metros
de altura.
A
su vez, temerarios aventureros han decidido realizar arriesgados experimentos,
en un intento por comunicarse con estos seres; golpeando los troncos de los
árboles y emitiendo sonidos similares a los registrados. Y obteniendo, según
evidencia mostrada en videos y grabaciones de audio, respuesta desde lo
profundo del bosque.
Por
su parte, agentes de la Policía estadounidense, han compartido sus experiencias
de impactantes encuentros con estos seres, tras realizar recorridos en
carreteras de zonas montañosas. Mismos que, debido a la impresión ocasionada, no
les resulta grato recordar el evento.
Quienes
se dedican a la caza, y que por ello se ven obligados a adentrarse hacia lugares
inhabitables y poco accesibles para los humanos, han descrito los hallazgos de
animales muertos, grotescamente descuartizados. Tampoco son ajenos, los inexplicables
apilamientos de grandes y pesados troncos; puesto que, para haber sido producto
de la mano del hombre, sólo hubiera sido posible con el empleo de maquinaria.
Eso sin contar, la impenetrabilidad del terreno.
Entre
las creencias más populares —que tocan lo referente al comportamiento y morfología
de este animal—, se encuentran aquellas que afirman, que nos enfrentamos a una
especie omnívora. Asimismo, suponen un cambio de coloración en el pelaje del Pie
Grande; cuya variación, estaría condicionada a la etapa del año en la que
nos encontremos. Según esta idea, dicha particularidad fungiría como un
elemento indispensable para su propia supervivencia; permitiéndole, no ser
fácilmente detectado —principalmente por sus presas— y de este modo, conseguir
exitosamente su alimento.
Como
generalmente suele suceder, y más tratándose de este tipo de temas que
permanecen en la incertidumbre, muchas personas han intentado realizar engaños,
movidos únicamente con el objetivo de ganar reconocimiento. Y es debido a las
cuidadosas investigaciones de los supuestos materiales inéditos presentados,
que la mayoría de estas tentativas de fraude han sido descubiertas.
Lo
que sí es un hecho, es que nos encontramos ante un asunto muy polémico, todavía
insuficiente de pruebas contundentes, como para hablar de algo oficial. Y que, a
la par, nos permita identificar lo que exclusivamente pertenece al mito, de aquello
que es respaldado por la ciencia.
“El
conocimiento habla
y
la sabiduría escucha”
(Jimi Hendrix, 1942-1970).