TRABAJO: EL ARTE DE LOGRAR UN ASCENSO
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entro del ámbito laboral, la ilusión
de mejorar es algo que nos mantiene siempre con la idea de mostrar nuestras
aptitudes dentro de nuestro de trabajo, con tal de ser tomados en cuenta por
nuestros superiores; lo que motiva la idea de buscar un mejor puesto.
Cabe
señalar, que estando trabajando dentro de la iniciativa privada, pueda lograrse
más fácilmente el objetivo, que dentro del sector público, en donde los
procesos y criterios de promoción se llevan a cabo de una forma totalmente
distinta; ya que, en el sector privado, se miden los resultados en base a
producción, aunada a la experiencia y entrenamiento que el aspirante posea.
Por
supuesto, que tiene mucho que ver la actividad en la que se desarrolle el
aspirante. Todo mundo tiene el derecho de luchar por un mejor puesto y por una
mejora salarial. Desde el obrero al supervisor, del encargado de área al
superintendente, del gerente al ejecutivo; y así sucesivamente. Todos con la
idea de buscar la superación.
En
este caso nos enfocaremos en un profesionista cualquiera, que bien puede
aplicar en cualquier ámbito, siempre y cuando las posibilidades de obtener un
ascenso sean reales.
Por
experiencia propia, expondríamos que el desenvolvimiento dentro de la empresa,
es fundamental para cualquier aspirante. La actitud y la personalidad que se
demuestre al tomar los retos, decisiones y solucionar problemas, hace que se
ponga en el radar de los jefes, para ser considerado dentro de un limitado
grupo.
Algo
muy importante es hacer equipo. Lograr encajar dentro de uno es primordial para
obtener los resultados establecidos, según las metas programadas por la empresa;
por lo que esto es un plus para ganar
puntos y hacer los méritos suficientes y ser observado. Si a esto, le sumamos
el carisma y la empatía, además de hablar siempre de frente, opinando y
aportando ideas: el camino se vuelve más corto.
Existen
conductas que siempre se deberán mantener dentro de un centro de trabajo, como
lo son: puntualidad, asistencia, optimización de tiempo y recursos, evitar
conflictos y rumores sin fundamento, mostrar disponibilidad y ser acomedidos;
además de ayudar a la empresa, cuando se requiera de colaborar tiempo
adicional.
Algo
muy importante es conocer nuestros límites. No por querer dar una buena
impresión y quedar bien ante los superiores, haya que poner en riesgo la
calidad de nuestro trabajo; por lo que, buscar mayores logros con tal de
competir con nuestros colegas, a ese precio, no siempre es lo mejor, ya que los
resultados que se buscan son bajo las condiciones establecidas.
Volviendo
al tema, de trabajar en equipo, siempre es bueno escuchar las sugerencias de
los demás y no negarnos a hacer las tareas que estén dentro de nuestro alcance,
por más pequeñas que sean, ya que esto nos deja en buen concepto ante nuestros
futuros y posibles subordinados.
Si
la estrategia que empleamos es la adecuada, existen muchas posibilidades de
éxito, siendo siempre constructivos y respetando las jerarquías; ya que en el
futuro, buscamos ser respetados de la misma forma como nosotros lo hacemos
ahora.
Un
punto tal vez no considerado tan importante, pero que debe ser imprescindible,
es trabajar con buen humor. Dar siempre una buena actitud ante las
circunstancias del trabajo, que contagie positivamente el ambiente; lo que
lleva a desempeñar las actividades con armonía.
Pero
lo más importante de todo es la responsabilidad; la que siempre resolverá y
jugará a nuestro favor, en los aciertos y errores que se presenten.
Ya
cuando se logre el ascenso, no hay que olvidar el origen de nuestro éxito,
conducirnos con humildad para lograr más objetivos; apoyando y aconsejando a los que tienen
potencial y demostrar el porqué, ahora hay un nuevo jefe que perseveró hasta
lograrlo.
“El
conocimiento habla
y
la sabiduría escucha”
(Jimi Hendrix, 1942-1970).