martes, 23 de junio de 2020

MORROP: "En agradecimiento por el venero, con barro formaron una iguana a la que veneraron como deidad benefactora. Entidad asociada con el inframundo, toda vez que no sólo fungía como intermediario entre ambos planos existenciales, sino que era el conductor de las almas en su transición al más allá".


MORROP: EL DIOS REPTIL MOCHICA 

E

n el valle del río Moche, ubicado en la costa norte del actual Perú, floreció la Civilización Mochica alrededor del siglo II de nuestra era, años antes del surgimiento del gran Imperio Incaico. Como muchas culturas del mundo, concebían a la muerte como la puerta hacia una nueva vida; razón por la cual, se aseguraban de esforzarse en este plano existencial, toda vez que en el otro mundo gozarían de los mismos derechos y deberes. 

Una antigua leyenda narra el origen del actual asentamiento de Mórrope, y que fue trascendental en el pasado para el posterior desarrollo de la cultura mochica. Se cuenta que cierto día, tres niños se encontraban jugando, cuando de repente una iguana se apareció y ellos osaron alcanzarla. Sin embargo, el reptil se escondió en una brecha del suelo. Cuando los infantes intentaban dar con ella, hallaron algo todavía mejor: una fuente de agua. 

Tras el descubrimiento avisaron a los mayores, quienes interpretaron el acontecimiento como una señal de los dioses y, en agradecimiento por el venero encontrado, con barro de la zona formaron una iguana a la que veneraron como deidad benefactora. Éste es el origen de la localidad de Murrup, cuyo significado es “iguana” en lengua mochica; que a la llegada de los europeos fue renombrada como Mórrope. 

Un aspecto por resaltar dentro la vida de este pueblo era la escasez de agua conforme se expandieron; por lo cual, son reconocidos por su agudeza en la ingeniería hidráulica. En cuanto a los recintos ceremoniales, se sabe que el principal material era el adobe y contaban con un excelente manejo de la cerámica y de la metalurgia. Se cree que fueron influenciados ideológicamente por la cultura chavín. 

Su dios principal era Ai Apaec, mejor conocido como el dios decapitador o degollador, colérica divinidad representada en el complejo de las Huacas del Sol y de la Luna. Cabe mencionar que no hay una iconografía exacta de esta entidad creadora del mundo, pues suele ser encontrada con forma de diferentes animales. 

Uno de los sitios más atractivos y destino turístico del norte de Perú, es el Parque Temático Paseo Yortuque localizado en la ciudad de Chiclayo. Allí, se proyecta parte de la historia y de la cultura de este país, causando impresión a los visitantes sus diferentes figuras. Entre ellas destacamos dos. La primera corresponde al antes mencionado dios Ai Apaec, representado bajo la forma de un ser reptil inquietante, que porta un tumi o cuchillo ceremonial en sus manos. Asimismo, en otra escultura aparece como una deidad con un agresivo rostro humano, que lleva un cinturón de serpientes. 

También se encuentra una escultura que muestra al dios Morrop, entidad asociada con el inframundo, toda vez que no sólo fungía como intermediario entre ambos planos existenciales, sino que era el conductor de las almas de los muertos en su transición al más allá. Su aspecto es la de un ser reptil, cuyo nombre significa “iguana”, como fue mencionado anteriormente. De ahí la importancia del personaje dentro de la tradición local. 

 

“El conocimiento habla
y la sabiduría escucha”
(Jimi Hendrix, 1942-1970).