LA ACACIA: EL ÁRBOL SAGRADO
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l uso de la madera a lo largo de la
historia ha sido fundamental para la existencia humana. Independientemente de
ser utilizada para labores cotidianas, algunos árboles guardan un simbolismo
especial para muchas de las civilizaciones antiguas, donde más que ser visto
como simple madera, aprecian su significado.
La
“Acacia”
tiene la particularidad de ser un árbol de madera dura, de las cuales existen
más de tres mil variedades. Caracterizada por la cantidad de espinas en el
tronco y en las ramas, es una especie que se encuentra en zonas desérticas y
que puede alcanzar una altura de hasta diez metros. También ofrece flores de
color amarillo de un centímetro en temporada.
Hasta
aquí todo parece normal, ya que sólo sería un árbol con características simples
y convencionales, pero para los antiguos pueblos del Continente africano y de
Medio Oriente, principalmente, era un árbol especial. Los Egipcios lo
utilizaban para tallar figuras y estatuas, así como muebles y embarcaciones,
debido a la nobleza de la madera. Pero lo más relevante es que era considerado
como el árbol de la vida y de la muerte de todo ser.
En
la Biblia, la madera de acacia (shittâh, pl. shittîm) se considera sagrada para
los Hebreos y juega un papel muy importante, al estar mencionada en diversos
pasajes de varios de sus libros: Éxodo, Deuteronomio, Números, Josué, Isaías,
Joel.
Dios
eligió esta madera para la construcción del “Arca
de la Alianza”, de la “Mesa de los
Panes”, el “Tabernáculo”, el “Velo del Templo” y la “Cortina del Templo”; además, de que la
resina producida se utilizaba para incienso.
Se
dice que para la Masonería, significa la inocencia y la inmortalidad del
espíritu, utilizada en sus diferentes rituales y ceremonias.
Como
se puede apreciar, la Acacia para muchas de las creencias tiene un significado
de vida y moralidad, pureza y renacimiento; por lo que se le considera un
símbolo importante y poderoso en diferentes religiones del mundo por ser
escogida por Dios.
Por
supuesto que, nos estamos refiriendo a un tipo específico de Acacia: la “Acacia Seyal”; misma que se encuentra
en los territorios mencionados anteriormente, ya que mencionamos que existen
más especies en otras latitudes.
Llegando
a ser considerada por los antiguos como un símbolo solar, debido a que sus
hojas se abren con los primeros rayos del amanecer y se cierran cuando la luz
solar se ha ido.
También
forma parte de la leyenda del dios Osiris, quien fuera traicionado por su
hermano Seth; encerrado en un cofre de madera y lanzado a las aguas del río
Nilo, siendo arrastrado por la corriente hasta que se incrustó en un arbusto de
Acacia en la orilla de la ciudad de Byblos. El arbusto creció y se convirtió en
un formidable árbol con el cofre empotrado.
Años
después, el monarca de ese reino al enterarse de la majestuosidad de la Acacia,
mandó construir con su tronco un pilar para adornar su palacio; al mismo tiempo
que la diosa Isis, viuda de Osiris, buscaba el cofre en donde se encontraba el
cuerpo de su amado.
Al
enterarse Isis del destino del cofre, acudió al palacio del rey y ofreció su
servicio para cuidar al hijo de éste. Como pago sólo pidió el pilar de Acacia.
Al abrirlo se encontró el cofre con el cuerpo de Osiris en excelentes
condiciones, preservado por el árbol.
De
ahí, que se cree, que Osiris muere cada año al marchitarse las hojas y resucita
en primavera. Por eso se dice que la Acacia representa trascender de la muerte
a la vida eterna.
“El
conocimiento habla
y la sabiduría
escucha”
(Jimi Hendrix, 1942-1970).