jueves, 26 de marzo de 2020

BAADER-MEINHOF: "Sentimos como si el Universo estuviese conspirando contra nosotros. Acabamos de comprar una prenda, hemos decidido comenzar una rutina y terminamos percatándonos de que, a nuestros amigos, también se les ha ocurrido hacer lo mismo, como si el mundo quisiera imitarnos. ¿Qué ocurre?".



FENÓMENO BAADER–MEINHOF: ILUSIÓN DE LA OMNIPRESENCIA

S
eguramente, en más de una ocasión nos ha sucedido que, curiosamente, sentimos como si el Universo estuviese conspirando contra nosotros. Acabamos de comprar una prenda exclusiva o de hacernos un corte de cabello original, pero resulta que, al poco tiempo, vemos a varias personas por la calle que también los traen. ¿Qué ocurre?

Hemos decidido formar parte de una corriente ideológica, inscribirnos a una escuela en especial, formar parte de algún grupo selecto, o en su defecto, comenzar a practicar una rutina, y terminamos percatándonos de que, uno o varios de nuestros vecinos y amigos, también se les ha ocurrido —extrañamente—, empezar a hacer lo mismo, como si ahora el mundo quisiera imitarnos.

Pues bien, es un hecho curioso que a más de uno le ha pasado en la vida, provocando que, en muchas de las ocasiones, uno termine por decepcionarse al no poder escapar de lo convencional.

La Psicología le ha dado un nombre. Se trata del “Fenómeno Baader-Meinhof”, también conocido como la “Frecuencia de la Ilusión”. El mismo debe su nombre a la organización revolucionaria denominada: Banda Baader-Meinhof o Fracción del Ejército Rojo, la cual surgió en Alemania después de la Segunda Guerra Mundial. Por aquellos años existía un hombre llamado Terry Mullen, quien curiosamente, después de haber sabido del nombre de la citada organización, experimentó la sensación de que estaba por todas partes.

Una explicación a este fenómeno es al hecho de que, durante el día, somos bombardeados con una gran cantidad de información. Nuestro cerebro, a modo de seguridad, únicamente canaliza una fracción mínima y elemental para no saturarse, enfocándose en lo necesario para sobrevivir. No es hasta que, de manera consciente, decidimos prestarle relevancia a un aspecto determinado, que nuestro cerebro comenzará a procesarlo de una forma especial.

Lo que se logra con ello es una selección de información. De modo que, en cuanto ese algo nuevamente entre en nuestro entorno perceptivo, nos orientaremos de lleno sobre él, creando así, la ilusión de omnipresencia. En palabras más simples: algo que antes no nos importaba, ahora es prioridad.

Esto funge como una preciada estrategia de mercadeo, cuya columna vertebral es la propaganda. Y no sólo en esto: también resulta una herramienta interesante para alcanzar el proselitismo político. Es sabido que los sentimientos juegan un papel importante dentro del arte de la propaganda. Lograr el efecto buscado en las masas dará como consecuencia los resultados esperados.

Es posible que esto también tenga alguna relevancia, o explicación, cuando de eventos paranormales se refiere. Es usual que, si somos afectos a este tipo de temas, alguien nos haya dicho alguna vez que, por mucho leer o investigar al respecto, comenzaremos a ser blancos de fenómenos extraños. Y casualmente, cualquier ruido a partir de entonces, puede que nos provoque inquietud.

Algo similar ocurre con las historias y películas de terror. Gracias a que decidimos darles mucha importancia a estas narrativas, es probable que ahora sintamos miedo por la noche. Todo gracias al impresionante poder de la mente.


“El conocimiento habla
Y la sabiduría escucha”
(Jimi Hendrix, 1942-1970).