miércoles, 25 de marzo de 2020

CARRUSEL: "Uno de los preferidos por los niños en ferias y parques de atracciones. La palabra proviene del italiano. Juego mecánico provisto de una columna en el centro, de la cual se desprenden varios asientos individuales para los usuarios; casi por lo general con forma de caballo, los cuales se desplazan rotatoriamente".



EL CARRUSEL: UNA DIVERTIDA TRAVESÍA GIRATORIA

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no de los preferidos por los niños en ferias y parques de atracciones, sin equivocarnos, es el carrusel. Juego mecánico provisto de una columna en el centro, de la cual se desprenden varios asientos individuales para los usuarios; casi por lo general con forma de caballo, los cuales se desplazan rotatoriamente. Actualmente, es posible que ya los encontremos de otras figuras.

La palabra carrusel proveniente del italiano: “garosello”, y que luego fuera adaptada al francés y al español como: “carrousel” y “carosella”, respectivamente, se traduce como “pequeña lucha”. Esto, es obra de los cruzados, quienes tuvieron oportunidad de conocer parte de los entrenamientos árabes durante sus travesías; el cual, uno de ellos, consistía en que los jinetes se lanzaban proyectiles para que otro de sus compañeros los atrapara.

Cuando de su historia hablamos, es imposible no mencionar un antiguo bajo relieve bizantino del siglo V, donde se aprecia la escena de un poste que sostiene canastas con personas dentro de ellas.

El viajero y escritor británico del siglo XVII, Peter Mundy, nos deja constancia de que, en Bulgaria, entre algunas de las atracciones más aceptadas por el público, se encontraba la de instalar una rueda, donde una persona era la encargada de poner en marcha el dispositivo para el gusto de los usuarios.

Fueron los franceses quienes le darían un giro al carrusel, reservándolo para la alta nobleza. Relevante sería el protagonismo de Luis XIV, en cuyo reinado los desfiles y la figura del carrusel fueron impulsados. La Plaza del Carrusel localizada en París, debe su nombre precisamente a esto, ya que dicho evento llevado a cabo en 1662, pasó a la Historia como uno de los más significativos.

A Alemania se le debe gran parte de los primeros intentos de difundirlo en América. Se cuenta que, fue Gustav Dentzel el primero que lo introdujo al Nuevo Mundo cuando viajó a estas tierras. Dominaba el arte del tallado en madera y emprendió un negocio en su nuevo hogar enfocado a este oficio. Se le reconoce por ser pionero en el diseño del carrusel a vapor que, gracias a las técnicas modernas, prescindía de la mano humana para darle marcha; de igual forma, en introducir formas de animales.

Tiempo después, los modelos serían más parecidos a los actuales hasta desembocar en lo que hoy conocemos, que no sólo se limitan a andar giratoriamente, sino que además “suben y bajan” para darle ese toque adicional de vértigo.

En ocasiones puede que habremos escuchado que al carrusel también se le llama “tiovivo”. Este término procede de España y, sobre todo, de Madrid. Una historia cuenta que allá por el siglo XIX existió un carismático hombre llamado Esteban Fernández, que se ganaba la vida en un pequeño negocio de entretenimiento. Tenía un carrusel abierto al público infantil que era muy frecuentado.

Pero tras una epidemia de cólera, el “Tío Esteban” —como le conocían—, enfermó gravemente y murió. La gente, muy triste, acompañaba al cortejo fúnebre, cuando de repente —desde el ataúd—, se escuchó el grito del difunto: “¡Estoy vivo!”. El hombre salió inmediatamente y se levantó, sólo para continuar gritando lo mismo incansablemente. Fue llevado a tratamiento médico hasta sanar por completo del cólera.

La gente, estupefacta, vio en ello un milagro, y el “Tío Esteban” pasó a ser conocido por todos como “Tío Vivo”, y su fama se extendería después de su muerte quedando como sinónimo del carrusel.


“El conocimiento habla
Y la sabiduría escucha”
(Jimi Hendrix, 1942-1970).