miércoles, 18 de marzo de 2020

QUERIDO AUGUSTIN: "Pese a ser mundialmente famosa, es probable que por el nombre se le desconozca. La canción es una enseñanza y un símbolo del optimismo, en la lucha por hacer frente a las grandes dificultades que la vida nos pueda colocar en el camino. A la adversidad se le debe tomar con sabiduría".



QUERIDO AUGUSTIN: OPTIMISMO ANTE LA ADVERSIDAD

E
s casi probable que, pese a ser mundialmente famosa, por el hecho de leer el nombre, la mayoría de los lectores desconozca a qué canción nos referimos. Se trata de una melodía muy difundida y utilizada en diversas ocasiones y que, seguramente, si la reproducimos, le identificaríamos inmediatamente. Incluso, ha sido adaptada como tema infantil, como suele pasar con muchas obras.

“Oh du lieber Augustin”, en español: “Oh, tú, querido Augustin” es una famosa canción de origen vienés, escrita en alemán, con una simpática leyenda tras de ella. Y aunque no se tiene certeza sobre su origen auténtico, se le ha otorgado el crédito a Markus Augustin, mejor conocido actualmente en su país como “el querido Augustin”. Lo que de él sabe, es que fue un carismático y muy querido músico de la época, poeta y gaitero del siglo XVII.

Se sabe que, por aquellos años, Europa estaba siendo azotada por la Peste Negra, llegando la epidemia también a Viena en el año de 1679. La leyenda nos cuenta que, la gente —como era costumbre—, solía ir a beber cerveza en las tabernas de la ciudad, y en esos lugares, un alegre hombre llamado Augustin hacía acto de presencia para alegrarlos con sus canciones y melodías.

Pero entonces, uno de esos días sucedió que, Augustin, quien también gustaba de beber cerveza, tendría una de las experiencias más desesperantes de su vida. Encontrándose muy borracho terminó durmiéndose en la calle, pero a un grado tal, que parecía que estuviera muerto.

Y debido a que la Peste Negra era la causante de la muerte de miles de personas, no era extraño que pudieran encontrarse víctimas en el lugar. Se cuenta, que, cuando los enterradores recorrieron la zona en busca de cadáveres para limpiar e impedir una mayor propagación, se toparon con un Augustin que yacía profundamente dormido e inconsciente. De inmediato, lo dieron por muerto y se lo llevaron junto con otros cuerpos para depositarlo en una de las fosas a las afueras de la ciudad, destinada para las víctimas de esta enfermedad.

Más tarde, Augustin se despertó y al percatarse de dónde se encontraba se asustó mucho e intentó salir de la fosa sin éxito. Gritaba incansablemente y, como nadie le escuchaba, se cuenta que decidió empezar a tocar su gaita como última alternativa, hasta que finalmente alguien lo escuchó y le ayudó a salir del lugar. Y sorprendentemente, Augustin salió milagrosamente sin infección.

La canción —que lleva su nombre y en donde él es el protagonista de las calamidades—, no deja de repetir: “todo se ha ido”, en referencia a los bienes materiales. La obra es una enseñanza y un símbolo del optimismo del pueblo austríaco, en la lucha por hacer frente a las grandes dificultades que la vida nos pueda colocar en el camino; como en aquellos años lo fuera el trágico escenario de la Peste Negra.

Aunque se trate de algo casi imposible para la mayoría de nosotros, la melodía nos enseña —a través de sus líneas que describen la pérdida progresiva de Augustin (dinero, esposa, abrigo y más)— que, a la adversidad, aún por muy desoladora que resulte, se le debe aprender a tomar con sabiduría, e incluso con humor; tal cual lo hacía este personaje. Y un día, nos habremos percatado que la vida nos ha fortalecido.

Actualmente, en Viena, podemos encontrar una escultura erigida a su memoria, conocida como “Fuente de Augustin”, dado que, al igual que sus pertenencias lo hicieron, un día de 1685 él también “se fue”, y cuya inscripción reza así: “Me he ido, ahora lo he recuperado de nuevo y escucho mis canciones”.



“El conocimiento habla
Y la sabiduría escucha”
(Jimi Hendrix, 1942-1970).