sábado, 11 de abril de 2020

ALERGIAS: "Puede que sea necesario averiguar si los síntomas corresponden a una alergia o a otra cosa. Lo más importante es aprender a identificar qué ocasiona las reacciones y eliminarlos; o mantenerse alejados, ya sean alimentos, medicamentos o mascotas, para de este modo, no empeorar las cosas".



ALERGIAS: ENTRE IRRITACIÓN Y ESTORNUDOS

E
n estos tiempos en donde la salud es un tema de conversación recurrente y donde los cuidados se han intensificado, al grado de cambiar ciertos hábitos y costumbres —que, hasta hace poco, se consideraban normales y eficientes—, no está de más prestar atención a las sugerencias de higiene para evitar contagios.

Pero no todo tiene que ver con enfermedades de transmisión vírica, ya que existen otras reacciones del sistema inmunológico bajo el nombre de alergias; que, aunque sea un concepto por la mayoría de nosotros minimizado, no deja de ser una advertencia para nuestra salud.

Una palabra muy utilizada en nuestro vocabulario cotidiano, pero hasta cierto punto con un significado desconocido. No está de más informarse al respecto, ya que de esto depende no desencadenar problemas mucho más graves.

Llegamos a cometer el error de suponer que, estando en nuestro hogar, nos encontramos en un lugar seguro y libre de micropartículas; pudiendo ser todo lo contrario, ocasionando la aparición de síntomas por alimentos, animales y otras cosas, que desencadenan un panorama desagradable. A estos causantes de reacciones en el organismo se les denomina “alérgenos”.

Los alérgenos son casi siempre inofensivos. Sin embargo, ante la predisposición genética, es posible que se produzca una hipersensibilidad al inhalarlas, ingerirlas o tocarlas. Las estaciones del año marcadas para la aparición de estos signos alérgicos son la primavera y el otoño, siendo más propensos a padecerlo los jóvenes.

Todo comienza a raíz de que el sistema inmunológico —de las personas con esta predisposición a desarrollarlo—, intenta protegerlos ante la amenaza que los alérgenos representan, produciendo y liberando sustancias químicas, causando los ya conocidos síntomas: asma, rinitis, etcétera.

Ejemplos de alergias son las causadas por picaduras de insectos, así como por el consumo de determinados alimentos y medicamentos; llegando, incluso, a poner en riesgo la vida de la persona. Otros alérgenos menos agresivos son los ácaros del polvo, los hongos, el polen de las flores, la caspa de los animales, las semillas secas, algunas frutas, la leche y el moho.

Las vías de ingreso a nuestro organismo son por el aire, por ingesta y por la vía cutánea. Una atención especial que hay que tomar en cuenta, es saber diferenciar entre los síntomas de una alergia y los del resfriado común, ya que ambos presentan congestión, secreción y comezón nasal; así como irritación en ojos, garganta y paladar, sin olvidar los molestos estornudos.

Cabe resaltar que los alérgenos pueden ser un factor de riesgo para otras enfermedades como la sinusitis, el asma, la poliposis nasal (pequeños tumores benignos), infecciones respiratorias y la otitis (inflamación del oído). Es por ello, por lo que las medidas de prevención en los lugares más importantes del hogar deben tomar más relevancia, en cuanto a su higiene y cuidado. Lo anterior se logra con medidas sencillas de precaución.

Puede que sea necesario averiguar si los síntomas corresponden a una alergia o a otra cosa. Lo más importante es aprender a identificar qué ocasiona las reacciones y eliminarlos; o mantenerse alejados, ya sean alimentos, medicamentos o mascotas, para de este modo, no empeorar las cosas.


“El conocimiento habla
y la sabiduría escucha”
(Jimi Hendrix, 1942-1970).