MELANOMA: EL CÁNCER
SOLAR
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l calor de los meses veraniegos y de
los no tanto, da la oportunidad de disfrutar de diferentes sitios turísticos y recreativos,
en donde la cantidad de ropa a utilizar resulte la menos posible. El uso de shorts
y camisetas, así como los siempre necesarios e indispensables anteojos de sol,
son tan sólo una parte de la característica indumentaria, sin olvidar los
trajes de baño.
Todo
esto, resulta atractivo para pensar en unos días de relajación y diversión bajo
los rayos solares y, es aquí, donde los problemas pueden surgir si no se toman
las medidas necesarias. El astro rey, el que ha sido venerado por siglos y
considerado para muchos un dios, puede llegar a ser nuestro peor enemigo.
El
melanoma o cáncer de piel ha sido la principal de las afecciones
producidas por la exposición directa a los rayos solares, cuando no se ha
tenido el conocimiento de las consecuencias, o se ha hecho caso omiso a las
advertencias sobre esta enfermedad.
Destacado
como el cáncer de piel más agresivo, cuya no detección a tiempo puede causar su
diseminación hacia otros órganos del cuerpo, lo cual es conocido como “metástasis”.
Es por eso, que es recomendable que, ante cualquier posible cambio o anomalía
que se presente en la piel, será necesario prestar la debida atención para su
cuidado y tratamiento.
Un
caso especial son las manchas que aparecen después de haber estado bajo la
radiación solar, que no son otra cosa, sino lesiones pigmentadas, que pueden
llegar a ser confundidas con lunares. Es por ello, por lo que hay que
considerar la asimetría, los bordes irregulares, el color,
el diámetro y su evolución; prestando atención a su crecimiento.
Aunque
cualquier parte del cuerpo es susceptible a lesionarse por las causas
mencionadas, es más común que el melanoma se presente en el área de la cara,
cuello y brazos por su mayor exposición directa.
La
alteración de los melanocitos, que son células productoras de melanina,
da lugar al melanoma; lo cual, mucho tiene que ver la genética, la predisposición
de desarrollarlo y la exposición a la radiación solar por tiempo prolongado. Debe
recordarse que la melanina es la encargada de dar color a la piel y al cabello,
de allí su importancia y de su monitoreo.
Otro
punto por considerar son las camas de bronceado, las cuales no son
recomendables para la piel. Los especialistas no aconsejan su uso, ya que cada
tipo de piel puede presentar reacciones distintas y, en muchos casos, puede llegar
a ser contraproducente a causa de la predisposición genética, como
anteriormente se hizo mención.
Diversas
organizaciones de salud en diferentes países han sugerido, a modo de
restricción, que el uso de estas camas sólo sea utilizado por mayores de edad,
dado el aumento del número de adolescentes que emplean este método de
bronceado. Para quienes les utilicen con frecuencia, se les pide que
periódicamente se examinen, debido a que la exposición constante a los rayos ultravioleta
aumenta significativamente las probabilidades de melanoma.
Manifiestan
los dermatólogos que, a los primeros signos de anomalía, una atención médica inmediata
del problema puede hacerlo curable. Si éste es el caso, basta con una
extirpación o, en el peor de los panoramas, el paciente tendría que ser
sometido a quimioterapias para controlar la enfermedad.
“El
conocimiento habla
y la sabiduría
escucha”
(Jimi Hendrix, 1942-1970).