EL RUIDO: UN
PROBLEMA EN EL TRABAJO
H
|
ace ya algunos años atrás, una
investigación llevada a cabo por la Sociedad Norteamericana de Diseñadores de
Interiores (ASID), arrojó un dato interesante que llamó la atención de diferentes
compañías: la mayor parte de los empleados manifestaron su incomodidad frente al
ruido, provocándoles no sólo desconcentración, sino además, una seria disminución
de su rendimiento laboral.
Desde
luego que cada persona es distinta. Mientras unos están más que acostumbrados a
ambientes de escándalo y ruido constante, existen aquellos que, por el
contrario —como fue el caso del estudio mencionado—, requieren de espacios silenciosos
y tranquilos para desempeñar sus diversos quehaceres.
El
sonido, como todos aquellos elementos asociados con nuestros cinco sentidos, está
sujeto a la relatividad. Encontramos ciertos casos, incluso, de cómo la música
supone un gran estimulante para determinadas personas a la hora de trabajar.
Otras más, están obligadas a vivir en ambientes ruidosos, ya que de ello
depende cumplir con sus funciones; tal es el caso de determinados oficinistas,
cuyo trabajo les exige mantenerse en constante comunicación verbal —bien física
o telefónica—, con clientes y miembros del propio personal de la empresa.
A
raíz de lo anterior, varias empresas han considerado como bueno, optar por
reajustes en las condiciones de trabajo, a fin de brindar comodidad a sus
empleados y sacar el mejor provecho para beneficio de ambas partes. De allí que,
algunas estrategias se centren en la modificación y renovación de la
infraestructura del área de trabajo.
Hablando
de sistemas para el techo, las losas especiales y los recubrimientos de muros
son ideales para absorber el ruido. Los paneles tienen la encomienda de bloquear
el sonido indeseado, y su eficacia va de la mano de sus componentes, así como
de la altura de estos. Para evitar que su objetivo se vea mermado, es
recomendable que no se le adhieran papeles, ya que la absorción puede
disminuir.
Por
otro lado, el empleo de dispositivos electrónicos destinados a generar un
sonido de ambiente y/o de fondo (conocido como “rosa” o “blanco”),
son muy utilizados en muchas oficinas para contrarrestar esta problemática; a
la vez de propiciar e incrementar la privacidad acústica, la cual es de suma
importancia en ambientes públicos para la protección de la información
transmitida en las diferentes conversaciones.
Otro
detalle que no puede escaparse es el famoso y, a veces molesto, “ruido de
pisada”. Esto es un problema común y muy frecuente para una gran mayoría
de empleados, los cuales se quejan de los sonidos incómodos que los tacones de
zapato producen en el piso superior inmediato. Para contrarrestar esto, muchos
lugares de trabajo han optado por recubrir los pisos con alfombras. Sin lugar a
duda, esta medida ha sido de gran apoyo, pues además embellece las
instalaciones.
Por
su parte, cada vez más un mayor número de jefes han decidido redefinir las
políticas internas en cuanto al uso y distribución de aparatos generadores de
ruidos (teléfonos celulares, radios, computadoras, impresoras, etc.).
Siempre
será recomendable, independientemente de lo que las reglas y las normativas
impongan, que la disciplina y el orden prevalezcan dentro del área de trabajo;
de modo que nuestro día a día sea agradable y sin perjudicar a los demás.
“El
conocimiento habla
y la sabiduría
escucha”
(Jimi Hendrix, 1942-1970).