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ESCANDINAVIA: EL
CAMPO EN EL SIGLO XIII
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n las tierras que rodean al Mar Báltico
se dio una evolución socioeconómica y política que prescindía del Feudalismo y
de la economía urbana germanizante. Durante la Baja Edad Media, la situación
del campesinado sufrió grandes cambios por el desarrollo progresivo de la nobleza,
la cual ganaba terreno ante ellos.
Durante
el siglo XIII, tuvo lugar la bifurcación de la aristocracia rural y de la masa
de hombres libres, toda vez que los reyes concedían feudos revocables y con
menores atribuciones que sus similares alemanes y franceses.
Entrados
los siglos XIV y XV, la aristocracia terminó por feudalizarse y, con ello, el
campesinado perdió su libertad política y económica de la que había gozado
hasta ese momento. Esto produjo episodios violentos, dando lugar a que la gente
del campo se alzara en contra de la feudalización y de los nuevos impuestos,
que llegaban a corresponder al valor de un animal o de la comida de todo un
mes.
Los
disturbios llegaron a presentarse en Jutlandia, así como cerca de Oslo, en
donde los campesinos irrumpieron violentamente la feria; a la vez que en
Finlandia se proclamó a un “rey campesino”. Al mismo tiempo, y
mientras esto pasaba, la nobleza imponía su control sobre el Estado,
estableciendo las condiciones para los reyes antes de su elección y
nombramiento.
Bajo
este sistema señorial, sin importar la depresión económica, se continuaron incorporando
tierras nuevas a las de cultivo en la Europa del Norte. Tales acciones
implicaban la desecación de marismas, el retiro de landas y bosques en el este
de Alemania, así como la roturación de bosques de Finlandia y del centro de Suecia;
con el fin de abastecer a los incipientes núcleos mineros.
Esto
provocó un cambio en los cultivos tradicionales: Suecia y Noruega producían
cebada y centeno, a fin de evitar importar cerveza. Para Dinamarca, la ganadería
se volvió fundamental para la subsistencia del país.
Debido
a la presencia de gente alemana en los pueblos escandinavos, el modelo
germánico fue adoptado en gran parte. En Estocolmo, la población de artesanos alemanes
comprendía el 30%. El sello germano influenció grandemente a las ciudades
escandinavas.
La
Liga Hanseática, destacado gremio comercial de la época, cuya
sede era en la ciudad de Lübeck, afectó positivamente la economía en
general hasta el siglo XVI, creando ferias internacionales anuales, como la Feria
del pescado, en Escania.
Durante
la Alta Edad Media, la economía de Suecia se distinguió por un frágil comercio
exterior, basada en la Autarquía y en su excelente agricultura. Se estimaba que
el 55% de la tierra pertenecía a la pequeña propiedad bajo regímenes
tributarios; la Iglesia contaba con el 20% y la nobleza con otro 20%, por lo
que la Corona contaba solamente con la porción restante.
El
auge y presencia de la minería y, en consecuencia, de la metalurgia, vinieron a
modificar el sistema económico sueco, que terminó por independizarse del
dominio político y mercantil danés; gracias a la producción de plata, hierro y cobre,
lo que logró el desarrollo de las ciudades y de su sistema artesanal.
“El
conocimiento habla
y
la sabiduría escucha”
(Jimi
Hendrix, 1942-1970).