LA MANDRÁGORA:
COMEDIA MAQUIAVÉLICA
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na de las obras más sobresalientes del
siglo XVI y de la historia del Teatro Italiano, es la Comedia escrita
por Nicolás Maquiavelo (Niccolò Machiavelli) en el año de 1518: “La
Mandrágora”; en la cual, plasmaba y representaba el contexto de vida del
pueblo de la Florencia de aquellos años.
La
trama está basada en un joven italiano de 30 años, aproximadamente, de nombre Calímaco,
radicado en la ciudad cosmopolita de París, donde se desarrollaba como estudiante
y emprendiendo negocios que beneficiaban para el gusto de sus diferentes
placeres.
La
razón de su estancia en Francia se debía a la decadencia y a las continuas
guerras que en Italia prevalecían, por lo que emigró de su tierra florentina
buscando seguridad. Sin embargo, un día decide regresar a su pueblo sin
importar las condiciones imperantes, sólo para ver a una mujer.
Previamente,
antes de emprender el viaje, en una discusión con otro florentino se puso de
manifiesto la comparación de la belleza de las mujeres italianas y francesas.
Su interlocutor destacó a una en especial: Lucrecia; motivo por el cual,
Calímaco, decidido a comprobar esto, viajó inmediatamente rumbo a Italia.
Resultó
que Lucrecia, era una mujer casada desde hacía 6 años. Esposa de Nicias
Calfucci, un hombre al que la mayoría consideraba un necio y sin gracia. Calímaco,
al llegar a su destino, se percata que lo dicho por su conocido era verdad, quedando
deslumbrado por la mujer.
A
pesar del tiempo de casados de la pareja, no habían podido concebir un hijo, algo
que deseaban con mucho ahínco; por lo que acudían a médicos con tal de lograr
el objetivo, siguiendo minuciosamente sus indicaciones. Aprovechando las circunstancias,
Calímaco orquestó un plan apoyándose de Ligurio —un conocido vividor—, de
Siro —un sirviente de la casa de Nicias— y de Fray Timoteo —un
fraile hipócrita—, para llegar hasta Lucrecia.
Ligurio
le sugiere a Calímaco que se presente ante la pareja como un famoso médico
francés, recetando un poderoso brebaje hecho a base de mandrágora, el cual
sería capaz de curar a Lucrecia de la imposibilidad de concebir hijos; presumiendo
que, gracias a sus habilidades médicas, todas las nobles de Francia han tenido
hijos sin ningún impedimento, incluyendo a la reina. Por su parte, Nicias
argumentaba que el mal debía recaer forzosamente en su mujer, al autodescribirse
como el hombre más viril de toda Florencia.
Calímaco,
ya en el papel de ‘médico’, les sugiere que la poción tendría que ser
tomada esa misma noche, sólo que les advierte de un ‘inconveniente’. El
primer hombre que tenga contacto carnal con Lucrecia morirá al cabo de ocho
días. Nicias, aterrado, no aceptó de buena forma las condiciones, por lo que
preguntó si existía alguna alternativa para no morir. En respuesta, se llegó a
la conclusión de que alguien tenía que tomar su sitio y sacrificarse en su
lugar. Para ello, decidieron secuestrar al primer varón que encontraran, y a
punta de golpes, amordazarlo para conducirlo a la casa de Lucrecia.
Así
pues, los hombres se dispusieron a recorrer Florencia para localizar a su
víctima, hasta que finalmente la hallaron y la atraparon, conforme al plan.
Pero lo que Nicias no sabía, era que la ‘víctima’ era el propio Calímaco,
quien lo había planeado todo desde un principio con ayuda de sus secuaces. Previamente,
pusieron al tanto a la madre de Lucrecia que, con la ayuda del fraile, la convencieron
de aceptar el tratamiento; a lo que la muchacha se negaba en un inicio, pero
ante tanta insistencia terminó por acceder.
Finalmente,
Calímaco consiguió lo que buscaba. Cuando se presentó ante Lucrecia le reveló
el engaño y cómo todo lo planeó por amor a ella, a lo que la susodicha le
respondió que, al ser una idea de su marido, avalada por su confesor y por su
madre, lo tomaba como parte de un ‘designio celestial’, al cual no podía
negarse, aceptando a Calímaco como amante desde ese momento en adelante.
El
desenlace se deja a la imaginación del espectador, ya que, a la mañana
siguiente, Nicias decide proponer al ‘médico’ Calímaco como su compadre,
a petición de Lucrecia, en modo de agradecimiento; por lo que le hace entrega formal
de las llaves de su casa para que entre y salga cuando le placiera. Sin duda, Lucrecia
quedará embarazada, por lo que ‘asegurará’ el linaje de Nicias, quien
nunca sospecharía de la infidelidad.
En
esta obra, Maquiavelo manifiesta una vez más su pensamiento político, incapaz
de confiar en la nobleza y rectitud en el ser humano; quien, para su
consideración, siempre terminará desviándose del camino de la virtud en pro de
sus propios intereses, bajo su famosa consigna: “cualquier fin justifica
los medios”.
“El
conocimiento habla
y la sabiduría
escucha”
(Jimi Hendrix, 1942-1970).