FRIEDRICH LUDWIG JAHN: EL PADRE DE LA GIMNASIA
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e inclinación nacionalista y defensor del pangermanismo, el pedagogo alemán del siglo XIX, Friedrich Ludwig Jahn, ha dejado importantes huellas en la historia del deporte, al grado de ser conocido en nuestros días como “el padre de la gimnasia”.
Ya desde edad temprana, tanto la historia como la teología, serían vistas por Jahn como asignaturas atrayentes, mismas que, con el paso de los años, no harían sino forjar su carácter e ideología política. En sus tiempos de universitario, tuvo ocasión de conocer las obras del militar y escritor alemán Wilhelm Friedrich von Meyern, las cuales se volverían decisivas para reafirmar su convicción en torno al ideal nacionalista alemán de la época.
El servicio al pueblo y a la patria —sustentado en la responsabilidad civil y militar—, regido bajo un auténtico espíritu de comunidad, era algo que le resultaba muy convincente. A su vez, mostró preocupación por el destino de la lengua alemana, procurando rescatarla de la influencia extranjera que, gradualmente, penetraba y se consolidaba como léxico oficial.
Años más tarde, llegaría a la conclusión de que la actividad física era, sin duda, un medio de educación que conducía a la libertad del hombre y, por consiguiente, a la del pueblo alemán. Era necesario ensalzar la belleza innata del ser humano, siendo la disciplina física una vía que rescataba al hombre de los vicios y del materialismo imperante, impulsándolo a convertirse en un ser espiritual.
En el año de 1816, publicó su exitosa obra titulada: “La Gimnasia Alemana”, misma que fue resultado de un arduo trabajo de compilación de sus diversos escritos dedicados a este rubro. Estando Johann Christoph Friedrich GutsMuths como uno de sus principales precursores —quien es conocido como “el abuelo de la gimnasia” por introducir el ejercicio físico en el plan de estudios, así como por formular los principios generales de la gimnasia artística—, Jahn está considerado como el fundador de la Escuela Alemana, siendo quien popularizó la expresión “Turnkunst”, a fin de resaltar el carácter nacional en el deporte.
De acuerdo con el pensamiento de Jahn, el cual era afín con el modelo clásico griego de educación holística, debía fomentarse el desarrollo de las capacidades físicas y espirituales del ser humano. La disciplina deportiva, vista como un derecho social de libre acceso, era capaz de implementar valores éticos y formativos en pro de la integración comunitaria.
Dentro de los aportes al Olimpismo Moderno, se encuentra la valoración de la filosofía deportiva, dentro de un marco de reglamentación basado en el respeto entre los participantes con sus respectivos emblemas, los cuales identifican a cada una de las naciones de la justa.
En conclusión, el ejercicio físico, para Jahn, era mucho más que sólo un acondicionamiento corporal; debía ser un vehículo capaz de unir a la persona con su identidad nacional y con el conocimiento de las distintas ramas del saber.
Por tal motivo, consideremos una de sus frases célebres: "Un pueblo que posea una verdadera colección de libros de folklore es dueño de un inmenso tesoro".