ESCEPTICISMO: LA DUDA EN EL SER HUMANO
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l término al cual nos referiremos en
este artículo, representa una actitud que tiene que ver ante los
acontecimientos de un mundo que, cada vez, está más lleno de teorías e
hipótesis, con las cuales, nos hacen pensar y cuestionar un sinfín de cosas,
por las que ponen a dudar a más de uno, por su veracidad.
Esto
es más común de lo que parece. En la actualidad es natural que, los
cuestionamientos hacia los eventos de moda o pasados sean analizados con “otros ojos”, al tratar de revisar la evidencia con la que se cuenta o haga
referencia a lo que, por un tiempo considerado, se haya hecho creer a la
población, sobre tal o cual problemática.
Para
entrar en materia, es necesario tomar en cuenta lo que el Escepticismo puede llegar a representar en distintas áreas
de nuestra vida. De alguna forma, todos hemos llegado a ser escépticos en
alguna parte de nuestra existencia, cuando por una situación o por otra, hemos
tenido que seguir al pie de la letra lo que nos enseñan desde pequeños; pero
que, al llegar a una edad en la que nuestro discernimiento entra en una etapa
de madurez, los cuestionamientos surgen y, ante las preguntas, hacemos nuestro
propio veredicto ante lo analizado.
Considerado
como una doctrina del conocimiento, el Escepticismo (del griego skeptikós, reflexionar, investigar)
tiene por objeto, dudar de toda la investigación que no esté bien sustentada
con pruebas y evidencias de la información, hasta no ratificar las fuentes
provenientes para la consolidación de la misma.
Dentro
de las variantes del Escepticismo, se
pueden encontrar cuatro tipos, siendo los cuales: el Escepticismo filosófico, el Escepticismo
moral, el Escepticismo científico
y el Escepticismo religioso.
El
Escepticismo filosófico es
considerado como una corriente de la filosofía, cimentado exclusivamente en la duda;
apoyado en la escuela del filósofo griego Pirrón, del cual su lema era: “No afirmo nada, sólo opino”.
Basándose en esto, la convicción de la imposibilidad del conocimiento debe
dirigirse a la renuncia de todo juicio, por lo que la verdad objetiva está en
duda, al excluir recíprocamente a la afirmación y a la negación; logrando con
esto la incertidumbre en nuestro conocimiento.
El
Escepticismo moral se
sustenta en que las proposiciones morales no son verdaderas ni falsas, esto en
base al criterio de verdad por
correspondencia (verdad aceptada y descrita con exactitud), y que el
criterio de verdad por coherencia (verdad
lógica) no es aplicable en la moral. Para rebatirse habría que mostrar que
existen hechos morales y/o demostrar que la coherencia es suficiente para una
buena teoría moral. Está basado en una teoría metaética, en donde se dice, que nadie tiene un conocimiento moral,
oponiéndose al realismo moral.
El
Escepticismo científico es el
que cuestiona todo tipo de creencias, de acuerdo con el estudio de la ciencia.
Basado en una posición en la que los cuestionamientos se centran en las
afirmaciones que carecen de una prueba empírica verificable, en donde la duda se
sobrepone a la ciencia.
El
Escepticismo religioso, quizá
el más controvertido de todos, es el que pone en duda las creencias de la
religión, tomando como herramienta al método científico para argumentar su
planteamiento.
Son
muchos los casos en donde, a veces, habrá que pensar que todo lo que se nos
dice, puede que no todo sea verdad.
“El conocimiento habla
y la sabiduría escucha”
(Jimi Hendrix, 1942-1970).