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LA METALURGIA:
EL EMPUJE DE LA CIVILIZACIÓN
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a vida moderna tuvo sus raíces en la
invención de la rueda, a la vez del importante avance civilizador que la
metalurgia significó, al combinarse estas dos creaciones humanas. Los primeros
resultados del trabajo con los metales propiciaron, obligatoriamente,
transformaciones en la materia, abriendo paso a la Química.
El
sólo pensar en los procesos de extracción de los minerales, da lugar a imaginar
en el ingenio que nuestros antepasados debieron desarrollar para así obtener el
metal; que, a su vez, tendría que ser fundido para posteriormente alearlos con
otros, definiendo su dureza y maleabilidad.
El
oro, el cobre y el hierro son, sin embargo, algunos de los
metales que pueden encontrarse en forma natural, algo que los hombres del Paleolítico
y del Neolítico descubrieron. En el caso del oro, se dieron
cuenta que contaba con propiedades llamativas, puesto que su maleabilidad y su
facilidad para ser fundido y darle diversidad de formas, marcó el destino para
su utilización.
Con
el paso del tiempo, la actividad de las rocas con minerales dio origen al
descubrimiento de procedimientos de fundición y al uso de moldes, para así
darle una nueva forma. Las aleaciones fueron descubiertas; unas de forma
natural, al ser contenidos varios metales en una sola roca; a lo que el producto
de su fundición era de características distintas a que fueran hechas por
separado.
Caso
distinto fue el hierro, debido a que su obtención requería de muy altas
temperaturas, a la vez de un proceso muy complicado, del que posteriormente se
percatarían que se podían obtener armas y herramientas, las cuales
representaron un aporte invaluable dentro de la historia del hombre.
Sin
duda, el significado de la exploración fue lo que más valió dentro de los
procesos de la metalurgia, a causa de la falta de información geográfica y
geológica; dando lugar a los principios de estas disciplinas. La búsqueda de
yacimientos minerales pronto ocasionaría, no sólo el descubrimiento de nuevas
tierras, sino la progresiva interconexión con otros pueblos y culturas.
Como
en todo, dentro de la historia del hombre, siempre ha de existir una clase
dominante que controle algún área en especial. En el caso de la explotación de
yacimientos metalíferos, no sería distinto. Estos grupos comerciaban, teniendo
el monopolio que caracterizaba a una tradición navegante que ha prevalecido
desde entonces.
Debido
a la réplica de un mismo modelo de utensilios, tanto en piedra como en metal,
ha hecho difícil a los arqueólogos la determinación de la antigüedad de dichos
artefactos, entre los que se encontraron: aros, punzones y brazaletes.
Hablando
del puñal, una de las armas más primitivas, su forma se asemejaba a delgadas
hojas triangulares con una espiga para insertar un mango; hasta llegar, años
más tarde, a la manufactura de sofisticadas espadas con empuñadura maciza y diseños
ornamentados.
Cabe
destacar que, por largo tiempo, la piedra y el metal fueron de la mano al
usarse conjuntamente, debido a la dificultad que suponía la extracción del
metal en un inicio. Poco a poco, las reservas de cobre y estaño
lograrían que la piedra fuera desplazada, abriendo paso a un nuevo horizonte
histórico.
“El
conocimiento habla
y
la sabiduría escucha”
(Jimi
Hendrix, 1942-1970).