CASCADA DE MISOL-HA:
LA CABELLERA ACUÁTICA
C
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hiapas es el Estado mexicano con el
mayor volumen anual de lluvias, con un promedio de 174 mil 700 millones de metros
cúbicos, lo que logra que esta región llena de exuberante vegetación y
abundante fauna, cuente con una importante cantidad de cascadas para el
atractivo y deleite turístico.
La
Cascada de Misol-Ha, que significa en lengua ch’ol: “agua
que barre”, se alza como un estandarte de las bellezas naturales de tan
maravilloso paraíso verde, al igual que las Cascadas de Agua Azul, las Lagunas
de Montebello y el imponente Cañón del Sumidero. Con una altura
cercana a los 30 metros que, durante la temporada de lluvias, forma un
magnífico torrente.
Posiblemente,
no tenga tanta afluencia turística como los otros sitios naturales mencionados.
Pero poco a poco, se ha abierto paso para ser un lugar más difundido, por lo
que se promociona en las diferentes guías turísticas y mapas.
Recorriendo
la carretera 199, entre Palenque y las Cascadas de Agua Azul, se
encuentra ubicado Misol-Ha. Durante el trayecto por la Sierra Norte de
Chiapas, de dirección sur a norte, es posible disfrutar de la extensa
vegetación que amenaza con ‘devorar’ la carretera, debido a lo tupido de
ésta. El lomerío da la apariencia de ser el plumaje de un quetzal.
Viajando
de Palenque a Agua Azul, se llega a Misol-Ha a través de un camino
asfaltado situado a la derecha. Ya desde antes de llegar al destino, el sonido
del agua en caída anuncia su presencia desde varios metros atrás. El torrente dependerá
de la temporada en que se visite, siendo de mayo a octubre el período de
precipitaciones; por lo que en la época de mayor intensidad es imposible
bañarse bajo su caída.
Alimentada
principalmente por los ríos que descienden de la sierra, es un lugar casi
virgen, por lo que la mayoría de sus visitantes son de paso. A pesar de ello, Misol-Ha
cuenta con instalaciones con los servicios necesarios para una estadía
agradable.
Simulando
la entrada a un templo, en donde una diosa del agua descansa —y cuya larga
cabellera desciende desde lo alto, impactando con el lecho del río—, se
extiende conforme la velocidad del agua se distribuye, reciclándose una y otra
vez.
Existe
además un mirador que permite a los visitantes contemplar la cascada sin riesgo
alguno. Sin embargo, hay una escalinata que permite descender hasta el río. Con
una gran cantidad de árboles que acompañan el caudal de las aguas, tales como
ceibas, amates y papachotes, entre otros —y con sus raíces que se entrelazan
entre sí—, dan una asombrosa postal de la naturaleza.
Como
todo santuario natural, Misol-Ha ofrece una experiencia única para la
gente que aprecia y disfruta de los espacios al aire libre; al mismo tiempo de
convivir con la madre naturaleza que, en una sola región de México, ha
concentrado un importante número de sitios que se llevan en el recuerdo y que
siempre estarán allí, para ser visitados las veces que sean necesarias.
Su
afluente se suma a las aguas del río Bascán y, éste a su vez, se
convierte en afluente del río Tulijá para desembocar en los pantanos del
Estado de Tabasco.
“El
conocimiento habla
y
la sabiduría escucha”
(Jimi Hendrix, 1942-1970).