"Las sabinas interponiéndose entre romanos y sabinos", Jacques-Louis David, 1799. |
LOS SABINOS: AMOS
DE LA COLINA DEL QUIRINAL
H
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ablar de los orígenes de Roma, es abordar
el tema de la participación de los sabinos en ello. Los sabinos eran
gentes que habían recorrido, anteriormente, grandes distancias, y que
finalmente se habían instalado en la colina del Quirinal. Sin
embargo, es sabido que no se trataba de un único grupo humano, sino que habían
más de ellos pertenecientes al mismo pueblo.
Gracias
a las crónicas romanas, ha podido llegar hasta nosotros parte de la información
sobre cómo se regían estas gentes. Se narra que, cuando se presentaban graves
infortunios en la naturaleza —tales como: enfermedades, fenómenos naturales o,
incluso, la escasez de alimento—, los sabinos solían ofrendar a su dios todos
los animales que hubieran nacido en ese año. A su vez, los niños de las madres
que les habían dado a luz en ese mismo período —cuando estos crecían y alcanzaban
la edad adulta—, debían partir y abandonar el grupo e ir en busca de nuevas
tierras para sobrevivir por su cuenta.
Éste
fue el caso de la colina del Quirinal, en donde un grupo que fue
ofrendado a los dioses, por parte de los sabinos, había llegado a él para
asentarse. Pero no sólo eso, lograron imponerse por encima de otros pueblos
vecinos y les brindaron importantes pautas sobre la organización social.
Una
antigua leyenda cuenta cómo Rómulo fue el que auspició el asentamiento de su gente
en el valle pantanoso entre el Capitolio y el Palatino, llamado el Foro.
Sólo que había un problema: el pueblo de Rómulo no tenía mujeres. El relato
prosigue diciendo que, para conseguirlas, ideó un deshonesto plan, que
consistía en invitar a una fiesta al pueblo sabino de las montañas; de modo
que, mientras estos se divertían, los hombres de Rómulo procedieron a raptar a
las mujeres de los invitados. Este acto, como sería de esperarse,
desencadenaría una guerra contra Rómulo.
La
tradición añade que, al enterarse de la contienda, las sabinas —ya convertidas
en esposas de los romanos— se interpusieron entre ambos bandos, e impidieron con
ello, un sangriento enfrentamiento. El resultado fue que los sabinos se
quedaron a vivir con los romanos, reinando con igualdad de derechos tanto
Rómulo como Tacio, jefe de los sabinos.
Se
considera que las siglas SPQR, que fuera interpretada
posteriormente como Senatus Populusque Romanus, cuyo significado
es: “El Senado y el Pueblo Romano”, realmente era en un principio
Senatus Populus Quiritium Romanorum. Esto, se explicó de dos formas. La
primera consistía en que el término quirites procedía de Cures,
la ciudad sabina cuyo nombre estaba inspirado en la colina del Quirinal.
La segunda fue que el vocablo se desprendía de “curis”, que
significaba lanza, en sabino; por lo que quirites se traducía
como: “hombres con lanzas”.
Otra
muestra —de la supremacía de los sabinos—, es el modo en cómo se citaba el
orden de las tribus iniciales de Roma: Tities, Ramnes y Luceres.
Los Tities eran los sabinos del Quirinal. Esto indica a los
historiadores, que la participación sabina fue crucial para instruir a los
antiguos romanos en el arte de la organización política y social.
“El
conocimiento habla
y
la sabiduría escucha”
(Jimi Hendrix, 1942-1970).