SIXTO IV: EL
PONTÍFICE CONTROVERSIAL
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as ideas de control y poder que se
expandieron durante la Edad Media, debieron ser influencia forzosa para el pensamiento
clerical de la época, puesto que desde el momento en que el Pontificado fue
poseedor de dominios estatales, no podía prescindir del espíritu político de la
sociedad imperante.
Dentro
de las figuras sobresalientes de este período encontramos a las órdenes
religiosas y la excomunión. Las primeras bajo la consigna
de fungir como milicia y protección de los intereses de la Sede Apostólica;
la segunda, como recurso de sentencia y amonestación.
En
los tiempos de Sixto IV —a mediados del siglo XV—, Italia se
encontraba sumergida en un escenario civil complicado, en donde la excomunión
como sanción no intimidaba lo suficiente a los funcionarios. Una vez como Papa,
Sixto IV inició una estrategia política que, de acuerdo con su pensar, tendría
que propiciar lazos de amistad en las altas esferas del poder a su favor: uniones
conyugales entre familiares suyos con miembros de la clase gobernante.
Al
mismo tiempo, elevó a la dignidad de cardenal a sus sobrinos Pietro
Riario y Giuliano della Rovere; éste último, en el futuro se convertiría en Julio
II, conocido como el “Papa Guerrero”, por la ardua
actividad militar y política durante su pontificado. Además, la historia cuenta
que Sixto IV distribuyó los altos cargos de la Curia entre sus familiares.
La
causa —que lo motivó a poner en marcha estas acciones—, era la falta de empatía
con la que los Sumos Pontífices siempre debían de lidiar al tomar el
cargo. En el caso de los monarcas, el poder era hereditario y resguardado por
el linaje, por lo que siempre existían colaboradores adeptos al nuevo monarca
en turno, al quedar todo en el círculo familiar. En el caso del Clero no pasaba
igual. Al cambiar de Pontífice, era inevitable que hubiera desacuerdos, y más
cuando los auxiliares eran familiares del Papa fallecido.
Esto
dio lugar, pronto, a numerosas protestas en el círculo cardenalicio, el cual propugnaba
por una reforma eclesial, llamando al Pontífice como “Piloto que lleva la
barca de la Iglesia a la isla de Circe”. No obstante, las protestas no
procedieron y todo continuó bajo el plan inicial. Durante este tiempo, el Colegio
Cardenalicio perdió la facultad de asamblea consultiva, centralizando la
autoridad y el poder en la figura papal.
A
Sixto IV se le debe la ampliación de la Biblioteca del Vaticano, en lo
que a textos se refiere. Entre otras de las cosas que le son atribuidas históricamente,
se encuentran la Vía Sixtina y el Puente Sixto; éste
último para permitir el cruce del río Tíber y que fue mandado a construirse en
el año de 1474.
Sixto
IV,
cuyo nombre secular fue Francesco della Rovere, murió en el año de 1484
a la edad de 70 años. Es recordado por la historia como el primer Pontífice en
practicar el nepotismo como estrategia política, el cual consiste
en colocar a familiares en determinados cargos de importancia. Esto le valió la
admiración del célebre Nicolás Maquiavelo al expresar: “Fue el
primer Pontífice que demostró la fuerza del Papado. Lo que antes fueron
errores, él las convirtió en virtudes”.
“El
conocimiento habla
y
la sabiduría escucha”
(Jimi Hendrix, 1942-1970).