TIRANÍA:
MÁS QUE UN GOBIERNO IMPUESTO
E
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l concepto de Tiranía,
erróneamente se le asocia como sinónimo de abuso de autoridad, prepotencia,
opresión, o incluso, de esclavitud, de parte del gobierno de una nación hacia el
pueblo. En realidad, esto no es así, puesto que una Tiranía es el gobierno de un
sólo hombre con el auspicio de un sector marcado de la población.
Para
los antiguos griegos, esta palabra estaba desprovista de una esencia negativa,
ya que, si bien es cierto que un tirano era aquel hombre que ostentaba el poder,
muchos de ellos gozaban de una excelente popularidad y del aprecio de los
habitantes. Efectivamente, puede decirse que la naturaleza de su gobierno era ilegítima,
toda vez que accedía al poder por una vía distinta a la que el derecho o la
costumbre estipulaban (linaje, elección popular, etc.), o incluso, impuesto
directamente por la población.
Una
de las Tiranías de la Grecia Antigua fue la que marcó la transición entre la
Oligarquía y la Democracia, en donde las ciudades florecieron en la actividad comercial
y mercantil, a la vez que la Aristocracia no contaba con el control y el poder
en el gobierno. En muchas situaciones, el tirano era miembro de la clase noble,
el cual buscaba el apoyo del resto de los estratos sociales, a cambio de
beneficiarles políticamente; lo cual se veía reflejado en las mejoras públicas.
Todo esto en busca de mantener su presencia en los siguientes períodos.
Ejemplos
de tiranos serían los jonios, como Polícrates de Samos, quien se esmeró
en elevar la calidad de vida de su pueblo; Pítaco de Mitilene, conocido
como uno de los siete sabios de Grecia, quien perdonó la vida del asesino de su
hijo; Trasíbulo de Mileto, gran defensor de su ciudad; y Lígdamis de
Naxos, quien impulsó la obra pública. Es por ello, que a Jonia se le
considera la cuna de la Tiranía, al igual que del crecimiento mercantil y
artesanal del mundo griego.
Otros
casos de Tiranía abarcaban a aquellos individuos procedentes del medio militar (“Tiranía
Helenística”), quienes conseguían el poder a través de la fuerza que les
daba el ejército, formado por soldados mercenarios. Esto se presentó,
principalmente, en la Grecia europea y en Asia Menor, diferenciándose de la “Tiranía
Arcaica”, en la cual, como fue mencionado, los soberanos descendían de
un linaje aristocrático.
Otros
de los factores que diferenciaba a estos dos tipos de Tiranías, radicaba en que
la Tiranía Arcaica tuvo como enemiga a la aristocracia gentilicia;
mientras que la Tiranía Helenística tuvo enemistad con la clase acomodada
y la clase popular.
Resumiendo,
mientras la Tiranía Arcaica se basaba en un reglamento general paralelo
al crecimiento de las ciudades, la Tiranía Helenística, con el tiempo,
influyó en el proceso de enviciamiento, crisis y desintegración en la
organización de las ciudades griegas. Por eso, es importante no confundir,
cuando del término “tiranía” se habla; ya que dista mucho de su
interpretación a la que es sujeta hoy en día.
“El
conocimiento habla
y la sabiduría
escucha”
(Jimi Hendrix,
1942-1970).