jueves, 7 de mayo de 2020

CARABELA: "Cientos de hombres se hicieron a la mar en busca de las riquezas de otros lugares. Tuvieron su auge durante el siglo XV. Unas magníficas obras de ingeniería, las que llegaron a contribuir con las grandes proezas de la humanidad, entre ellas, quizá la más grande de la historia: el Descubrimiento de América".


CARABELA: EL NAVÍO IBÉRICO 

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ara llevar a cabo los descubrimientos de nuevos territorios fue necesario contar con embarcaciones funcionales, con las condiciones necesarias para lograr grandes travesías en alta mar, y así  con esto, pasar a la historia, grabando sus nombres en los grupos de hombres y mujeres que han marcado un rumbo en el camino de la humanidad. 

Las embarcaciones antiguas, como las Nao y las Carabelas, lograron este propósito. Cientos de hombres se hicieron a la mar en busca de las riquezas de otros lugares. Las carabelas tuvieron su auge, principalmente, durante el siglo XV. Con fabricación en la Península Ibérica —perfeccionadas en Portugal—, llegaron a considerarse como los elementos de mayor importancia, con los que Occidente contó, para llevar a cabo los descubrimientos históricos que serían relatados años más tarde. 

Basado en la experiencia de los portugueses, al ser buenos exploradores, se implementaron diversas características que llevaron a las magníficas cualidades, que se podía traducir como sinónimo de éxito, al lanzarse hacia la aventura. 

Llegando a ser comparadas con la “Galera” mediterránea, la cual destacaba por la velocidad que desempeñaba en trayecto, debido a la esbeltez de estas por lo alargado de su eslora. Caso contrario al de la carabela, que con su robustez lograban contener los embates del océano; cosa que sus competidoras no lograban por sus características más frágiles. 

Para compensar la situación de lo robusto, además de lo pesado del casco, las carabelas debían tener una superficie mayor de velamen, lo que llegó a ser el distintivo de estos navíos, así como el casco reforzado. Con dimensiones que obedecen a la proporción 3-2-1 de eslora-quilla-manga (largo total, largo de base, ancho), era lo que determinaba las características del casco. 

Tenían la propiedad de transportar un peso de entre cincuenta y cien toneladas. Podían llegar hasta los treinta metros de eslora y un calado de dos metros. La principal diferencia entre las Nao y las Carabelas tenía que ver con su estructura superior. La Nao poseía dos cubiertas, una de las cuales —la segunda—, se extendía del palo mayor, al centro del navío, hasta la popa. 

Ambas embarcaciones contaban con arboladura de tres palos, mesana, mayor y trinquete. Las velas eran de tela y rectangulares, de grandes dimensiones, mismas que podían movilizar en el mar a estos navíos con cierta facilidad. Tenían el problema de que sólo se podía navegar de forma adecuada con vientos de popa, por lo que les tuvieron que adaptar velas latinas (triangulares), las cuales son aptas para una navegación con vientos de costado, y hacer una combinación entre ambos tipos. 

Para la construcción de estos barcos se empleaban diversos tipos de materiales, de acuerdo con la tarea a realizar. Madera de roble para los cascos y maderas ligeras, pero resistentes, para todos los interiores. Para la clavazón se utilizaba el hierro. El cáñamo y el lino para cuerdas y velas. Para los trabajos de impermeabilización del casco se utilizaba el alquitrán. 

Sin duda, unas magníficas obras de ingeniería, las que llegaron a contribuir con las grandes proezas de la humanidad, entre ellas, quizá la más grande de la historia: el Descubrimiento de América. 

 

“El conocimiento habla
y la sabiduría escucha”
(Jimi Hendrix, 1942-1970).