sábado, 30 de mayo de 2020

ELEFANTE DE GUERRA: "Ante los reiterados ataques del enemigo, se buscaba infundirles miedo para ponerlos nerviosos y obligarlos a huir en estampida, con la esperanza de que se volvieran contra su ejército. Cosa que no siempre resultaba, ocasionando bajas masivas en uno o ambos bandos".

Monumento a la Reina Suriyothai; en Ayutthaya, Tailandia.

ELEFANTE DE GUERRA: EL TANQUE MILITAR DE LA ANTIGÜEDAD 

E

l Parque Nacional de Gorongosa —ubicado en Mozambique y hoy visitado por cientos de turistas al año— fue víctima, a finales del siglo XX, de la guerra civil y de sus secuelas durante más de quince años. Los animales fueron asesinados a gran escala, a tal extremo, que más del 94% de la población de elefantes fue exterminada, a causa de la adquisición de armas y municiones, a cambio de marfil. 

Desde que el Parque ha comenzado a resurgir y, con ello, recuperar el equilibrio perdido, los biólogos se han percatado, de que los traumas psicológicos de la guerra no son cosa exclusiva de los seres humanos, sino que inciden profundamente en los animales. Los elefantes adoptaron un comportamiento agresivo ante cualquier indicio de presencia humana, dando lugar en el pasado, a ataques constantes hacia turistas y lugareños. 

Por desgracia, a lo largo de la historia, los conflictos armados han perjudicado a los animales significativamente, al emplearlos como instrumento de guerra en los ejércitos antiguos. Tal ha sido el caso de caballos, camellos, perros, palomas, elefantes, por mencionar sólo algunos. Estos últimos, fueron adiestrados y utilizados para el combate debido a su gran tamaño y peso, logrando arrasar con las filas enemigas con menor dificultad, acabando tanto con hombres como con barricadas. 

El elefante asiático y el elefante de la selva africana fueron los más prácticos para adiestrarlos en la guerra, capaces de intimidar a los caballos del enemigo, desestabilizándolo y creando caos en el campo de batalla. Indos, persas, cartagineses, chinos, egipcios y macedonios, son algunos de los ejemplos de una larga lista de los ejércitos que los emplearon. 

Cuenta la historia que Alejandro Magno, en reiteradas ocasiones —durante sus campañas en territorios de Oriente—, tuvo oportunidad de enfrentarse a enemigos que usaban este método de guerra, saliendo victorioso con mucha dificultad, y decidiendo adoptar este sistema para futuras batallas. 

No obstante, años más tarde, el militar y naturalista latino Plinio “el Viejo”, dejó registro de la ineficacia de los elefantes ante la presencia de cerdos, ya que sus intensos chillidos ocasionaban que los inmensos animales se alteraran y entraran en pánico, convirtiéndolo en algo inseguro para la contienda. Esto sin contar el largo tiempo de adiestramiento de 10 años, aproximadamente; además de que el costo para su mantenimiento suponía a los Estados grandes sumas de recursos. 

Ante los reiterados ataques del enemigo, se buscaba infundirles miedo para ponerlos nerviosos y obligarlos a huir en estampida, con la esperanza de que se volvieran contra su ejército. Cosa que no siempre resultaba, ocasionando bajas masivas en uno o ambos bandos. 

Con el tiempo, los elefantes fueron provistos con armaduras de hierro para protección, a la vez de adaptarles torres para el transporte de armamento, así como elementos de la tropa. Con el surgimiento de la pólvora, el uso de estos animales se volvió menos rentable. 

Un antiguo relato tailandés del siglo XVI recuerda la hazaña de la reina Suriyothai, soberana de Ayutthaya, quien sacrificó su vida con tal de salvar la de su esposo, el rey Maha Chakkraphat; interponiendo su elefante al paso del enemigo y muriendo en la lucha. 

Afortunadamente, todo esto ha pasado a la historia, marcando un rumbo de estrategia militar, en donde el ser humano mostró sus instintos bélicos a causa y a costa de la vida de estos animales. 

 

“El conocimiento habla
y la sabiduría escucha”
(Jimi Hendrix, 1942-1970).