lunes, 11 de mayo de 2020

PINCELES DE LA HISTORIA: "La finalidad de la exposición fue mostrar el ángulo de la historia de un modo poco convencional, bajo la influencia española y europea de sus artistas. Todo bajo un vínculo entre la pintura y las narraciones que la ubican en su época con un valor agregado, en lo que a belleza se refiere".

"La humillación de Cortés", José Vivar y Balderrama (MUNAL, México).

PINCELES DE LA HISTORIA: LA CONQUISTA A TRAVÉS DEL ARTE 

L

a historia de un país es retratada a través de los pinceles y de los óleos que han logrado transmitir los diferentes eventos que forjaron las páginas de su existencia. Para muestra, las diversas obras expuestas al público en galerías destinadas para tal fin; logrando con esto, una enseñanza única en su tipo. 

La Nueva España ha dejado como herencia invaluables obras de arte de la época virreinal, cuyos temas se centran en lo religioso, político y militar del pueblo indígena y su evangelización. En el pasado reciente, se presentó la exposición: “Los pinceles de la Historia. El origen del reino de la Nueva España (1680-1750)”, por parte del Museo Nacional de Arte (MUNAL) en la Ciudad de México, durante el período de junio a octubre del año 1999. 

En ella, la pintura virreinal fue exhibida a través de piezas poco conocidas, algunas de las cuales fueron restauradas y presentadas —por vez primera— al público, después de permanecer guardadas en bodegas del Museo Nacional de Historia. 

La Conquista —como se le conoce al triunfo de la hegemonía de España sobre las tierras del Nuevo Mundo—, es, indudablemente, el nombre más acertado para este episodio histórico; de modo que la exposición fuera organizada en torno a tres temas fundamentales: “la conquista militar”, “la conquista espiritual” y, desde luego, la conquista política tras la institución de “la Nueva España”. 

La conquista militar, a través de las salas de la exposición, se centró en la figura de Hernán Cortés, mismo que —por medio del avance y de las victorias progresivas— terminó por dar nacimiento a un Estado nuevo bajo el poder del Reino de España. El Emperador Moctezuma, plasmado en un óleo sobre tela del siglo XVII de autor desconocido, es la contraparte a los conquistadores, mostrándose así la faceta aristocrática de los indígenas mexicanos. 

Otro aspecto resaltado fue la conquista espiritual protagonizada por los frailes franciscanos y agustinos, representada por acontecimientos extraordinarios como lo fueron los niños mártires (Antonio, Juan y Cristóbal, beatificados por el Papa Juan Pablo II) y el bautizo de los caciques, destacando el inicio del Cristianismo en la Nueva España. Asimismo, los temas de las apariciones de la Virgen María, al igual que el de Cristo y del arcángel San Miguel, son ejemplos no sólo de testimonios históricos, sino de devoción; lo que causó la dificultad para conseguir las piezas para su exposición. Con estos lienzos se estableció la propagación de la fe y de su historia. 

Otro apartado fue el asignado para hombres venerables que, por su aportación en la misión evangelizadora, fueron considerados como héroes de la época, lo que les ha valido buscar una canonización y, con esto, ratificar a la Nueva España como territorio cristiano. Ejemplo de esto fue Fray Juan de Moya. 

La finalidad de la exposición fue mostrar el ángulo de la historia de un modo poco convencional, bajo la influencia española y europea de sus artistas. Todo bajo un vínculo entre la pintura y las narraciones que la ubican en su época con un valor agregado, en lo que a belleza se refiere. 

 

“El conocimiento habla
y la sabiduría escucha”
(Jimi Hendrix, 1942-1970).