TIEMPO, PIEDRA Y BARRO: EXPOSICIÓN DEL PASADO Y PRESENTE
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l arte precolombino siempre tendrá la dosis de inspiración para muchos artistas que intentan o incursionan dentro del ámbito de la escultura. Las culturas antiguas, con su amplia variedad —grandes y pequeñas—, siempre cuentan con algo que llama poderosamente la atención de los especialistas y de los que no lo son.
Debido a la influencia de esas civilizaciones, ha surgido el interés por parte de gente que busca, por así decirlo, tomar algo de ellas para abrir paso a la creatividad que se ve reflejada en cada una de sus obras. Esta iniciativa se ha dado a partir de mediados del siglo pasado, en donde podemos apreciar rasgos antiguos en trabajos contemporáneos.
Remontándonos a finales de 2002 y hasta principios de marzo de 2003, se llevó a cabo en el Museo Universitario de Ciencias y Arte de Ciudad Universitaria (MUCA) de la UNAM —en la Ciudad de México—, la exposición: “Tiempo, piedra y barro”; donde se expusieron poco menos de un centenar de piezas prehispánicas y más de 140 contemporáneas, las cuales fueron llevadas de distintas galerías, museos y colecciones particulares.
La finalidad de esta muestra fue la de ofrecer al visitante la valía de la escultura mexicana de hace varios milenios, resaltando la estética de cada pieza, la cual no fuera apreciada como tal, hasta después de consumada la Revolución Mexicana, en 1917.
Parte del impulso por fomentar el arte de la escultura en México, se dio en marzo de 1927, cuando se fundó la Escuela de Escultura y Talla Directa, bajo la dirección de Guillermo Ruiz; con el propósito fundamental de alejar influencias exóticas que pudieran repercutir falsamente, y buscando talentos para afirmar el prestigio artístico de México en el mundo, orientado dentro del nacionalismo.
El conjunto de obras que se presentaron en “Tiempo, piedra y barro”, se logró gracias a la participación y disposición de los artistas, tanto mexicanos como extranjeros, por mostrar y reivindicar el talento antiguo en una mezcla con el presente, por medio de esculturas; mismas que reflejan una clara dosis de influencia y originalidad.
La exposición se llevó a cabo en seis zonas temáticas: La figura humana, Númenes y deidades, Bestiario divino, Objetos rituales, Objetos utilitarios y ornamentales y, por último, Maquetas, estelas y columnas arquitectónicas. Todo esto en un recorrido que incluyó diferentes tipos de figuras humanas y alusiones a éstas.
Pudieron apreciarse los conocimientos arquitectónicos y astronómicos de antaño, lo que fue plasmado por las pirámides, las cuales fueron representadas en maquetas, estelas y columnas. Además de fotografías, videos, conferencias y documentales que mostraban la diferencia del ángulo arquitectónico del ángulo escultural.
Esculturas de Tláloc —dios de la lluvia—, así como del Chac Mool, también se pudieron apreciar bajo el concepto de escultores, quienes, con su talento, recrearon a estas personalidades de la cultura indígena mexicana. La figura femenina se hizo presente con piezas inspiradas en las “Venus de Tlatilco”, que aportaron un toque especial.
Trabajos de artistas como Geles Cabrera, María Lagunes, Gunther Gerzso, Sebastián, Manuel Felguérez, Xawery Wolski, Jesús Mayagoitia y muchos más, lograron el éxito de esta muestra cultural. Exposiciones como ésta, siempre serán bienvenidas para enriquecer nuestra cultura.