domingo, 3 de mayo de 2020

GENGIS KAN: "Es recordado como un recio político, cuya idea se centró en que sólo un hombre debía de gobernar al pueblo. Los mongoles prohibían las afrentas entre sí, al igual que las ofensas. La esclavitud estaba prohibida entre ellos y cualquier delito era severamente castigado".

Gengis Kan, estatua ecuestre en Tsonjin Boldog, Mongolia.

GENGIS KAN: EL GRAN CONQUISTADOR

A
sia se nos suele presentar como un Continente sereno, cuya única función en la historia ha sido la de dar surgimiento a diversas corrientes filosóficas y espirituales; forzada a la siempre vigilancia de su vecina, Europa. Sin embargo, esto no es del todo exacto. Ejemplo de ello ha sido la invasión de los hunos, turcos, finlandeses y magiares.

Yesugei-Baghatur era jefe de una coalición de tribus mongolas, familias que se dedicaban al pastoreo y a la caza para sobrevivir. Inesperadamente, Yesugei falleció por envenenamiento, dejando desamparados a su esposa e hijos, entre los cuales se encontraba Temüdyin, quien más tarde pasaría a la historia como Gengis Kan, el gran conquistador.

Al morir su padre, el apenas adolescente Temüdyin debió luchar contra los seguidores del usurpador, quien tomara por la fuerza el lugar que por derecho le correspondía. Enfrentamiento que le llevó más de veinte años para lograr el reconocimiento de su autoridad.

Gengis Kan es recordado como un recio político, cuya idea se centró en que sólo un hombre debía de gobernar al pueblo, y todo aquel que aspirara a derrocar al líder, debía sufrir la pena máxima. Ahora bien, el nuevo soberano debía ser elegido por los jefes de los distintos grupos, quienes se reunían en consejo o Kuraltai.

Con un sistema político basado en la igualdad de derechos, los mongoles prohibían los enfrentamientos entre sí, al igual que las ofensas. La esclavitud estaba prohibida entre ellos y cualquier delito era severamente castigado —dependiendo la gravedad—; lo que llevaría a una pena, desde los azotes o incluso, la muerte. El pago de tributos no existía, todo se recaudaba de los pueblos conquistados y sometidos, lo que servía para dar lugar a nuevas campañas.

Las tropas mongolas se destacaron por una disciplina y una organización que muy pocas veces la historia ha registrado. Todo el ejército debía ir a caballo —llevando dos o tres equinos de repuesto—, en grupos de diez, debiendo atacar al mismo tiempo, muy sincronizados. A su vez, cada diez decenas estaban comandadas por un jefe, y por cada diez centenas había un “kan” al mando. Por último, las hordas —grupos de diez mil hombres—, eran dirigidas por los “orkones”.

La primera conquista de Gengis Kan fue China, en donde no permaneció, delegando el poder a un orkón. Esta campaña fue de gran beneficio militar, pues lograron hacerse con inteligencia china para la guerra, al unírseles personal capacitado en la construcción de maquinaria bélica, teniendo como base la pólvora y el “fuego griego”.

Con China bajo su dominio, Gengis Kan emprendió la conquista de los pueblos mahometanos del oeste. Bujará fue la primera de estas ciudades en ser tomada por el ejército mongol, la cual era un centro de importantes riquezas. Posteriormente, cayeron Samarcanda, Taskent y Balj, continuando su marcha por tierras persas hasta llegar a Rusia.

Gengis Kan regresó a China después de los acontecimientos en el oeste, donde encontró la muerte en 1227, a causa de una enfermedad, complicada por una caída de caballo. Su cadáver fue trasladado, según se cree, a su tierra natal, donde fue sepultado en el desierto, desconociéndose hasta el día de hoy el paradero de su tumba.


“El conocimiento habla
y la sabiduría escucha”
(Jimi Hendrix, 1942-1970).