lunes, 25 de mayo de 2020

LEVIATÁN: "Es el nombre del antiquísimo y temible monstruo marino, con presencia en el Antiguo Testamento. Rashi expuso que Dios creó un Leviatán macho y uno hembra, pero debió sacrificar a uno para evitar que procrearan, de modo que sus descendientes no interfirieran en la vida de los seres humanos".


LEVIATÁN: LA TEMIBLE BESTIA MARINA DEL JUDAÍSMO 

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entro de la Criptozoología, pseudociencia interesada por la búsqueda y el estudio de los animales mitológicos y/o extintos, —por cuya mención en antiguos registros históricos y testimonios de avistamiento, han intrigado a los seres humanos por su posible existencia—, se encuentra el inquietante Leviatán: la gran serpiente del mar. 

Leviatán es el nombre del antiquísimo y temible monstruo marino de la tradición judía, con presencia en el Antiguo Testamento en los Salmos 74, 13-14 y 104, 25-26; así como en los Libros de Isaías capítulo 27, 1 y de Job capítulo 3, 8. A su vez, mencionado y descrito por Dios mismo en su segundo discurso a Job en el capítulo 41. 

Tiempo después, autores cristianos interpretaron que podría estarse haciendo alusión a esta criatura en el Nuevo Testamento, en los capítulos 12 y 13 del Libro del Apocalipsis, pretendiendo asociarla bajo la figura de Satanás, el Dragón que combatió con los ángeles celestiales. Cabe aclarar que en dicho texto no se menciona el nombre “Leviatán”, lo que hace suponer a otros más, que se trata de personajes distintos. 

El rabino Rashi —considerado el más grande comentarista de la Biblia y del Talmud—, al interpretar el proceso del quinto día de la creación sobre “los grandes monstruos marinos” —en el Libro del Génesis 1, 21—, expuso que Dios creó un Leviatán macho y uno hembra, pero debió sacrificar a uno para evitar que procrearan, de modo que sus descendientes no interfirieran en la vida de los seres humanos. Sería la pareja de Leviatán la que habría hecho comer a Eva del fruto prohibido. 

Otras interesantes interpretaciones —dentro del Judaísmo—, relativas al quinto día de la creación, aluden a que Leviatán es la criatura gigantesca que, al final de los tiempos, será servido por Dios a sus fieles, en el gran banquete preparado para los justos. Pero no sólo Leviatán será destruido, sino que además Ziz y Behemot —monstruos igualmente presentes en la Biblia—, también lo serán. Si Ziz es señor del aire y Behemot lo es de la tierra, Leviatán es el rey de los mares. 

Como punto a destacar, es curioso notar la similitud entre varias culturas en lo referente a una bestia marina que habita en lo profundo de los océanos, y que aparte de personificar el caos primigenio, suele ser enemiga de la divinidad. 

En la mitología sumeria, Marduk mata a Tiamat, la gran serpiente del mar, de cuyos restos crea el mundo. En la religión védica, el dios Indra vence al gran dragón Vritrá, que mantenía cautivas las aguas del mundo. En la mitología griega, Zeus lucha contra Tifón, divinidad con cabezas de dragón y cuerpo de serpientes. La gran serpiente Lotan, de la mitología ugarítica, tiene un enfrentamiento con Baal, quien resulta victorioso. 

En Mesoamérica, Quetzalcóatl debió derrotar al gran monstruo de las aguas, Cipactli, de cuyo cuerpo formó todo cuanto existe. En el Sintoísmo, se recuerda la hazaña del dios Susanoo sobre la serpiente Yamata no-Orochi. En el caso de la mitología nórdica, se recuerda cómo Odín debió matar al gigante Ymir, para con sus restos formar el mundo; sin embargo, más tarde aparecerá la colosal serpiente Jörmundgander, misma que será asesinada por el dios Thor al final de los tiempos. 

El término alemán chaoskampf (lucha contra el caos) ha sido empleado para aludir a esta figura siempre constante en las diversas culturas, en donde siempre, de por medio, se encuentra el combate entre dos poderosas entidades: una defensora del orden, contra aquella que tiende al caos, siendo representada bajo la figura de una serpiente. 

 

“El conocimiento habla
y la sabiduría escucha”
(Jimi Hendrix, 1942-1970).