jueves, 21 de mayo de 2020

LOS MAYAS: "Dicha exposición abarcó un rango de 2 mil años, tratando diversas temáticas. La información de este pueblo, a través de sus piezas, nos muestra el carácter holístico de su esencia, vinculado e interesado por la ciencia, la religión, el cosmos, el arte y la política, así como por el comercio y la guerra".


LOS MAYAS: COMPARTIENDO SU ARTE 

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éxico tiene la dicha de ser una nación multicultural y rica en vestigios de las civilizaciones que un día gobernaron y dominaron la región de Mesoamérica. A pesar de contar con una gran cantidad de piezas arqueológicas de mucho valor, es bien sabido que en el extranjero se pueden encontrar, de igual forma, objetos pertenecientes a estas culturas. 

Tal es el caso de la Cultura Maya que, a pesar de ser característica de México y parte de Centroamérica, dichos artefactos —tal vez de forma inexplicable— se encuentran en sitios ajenos que, para el gusto de muchos, deberían de permanecer en sus países de origen. 

            Siguiendo con las remembranzas de importantes muestras culturales, en el año de 1999 tuvo lugar la exposición “Los Mayas” en el antiguo Colegio de San Ildefonso de la Ciudad de México, en donde gran parte del contenido exhibido llegó proveniente de Europa. Fueron alrededor de 450 piezas las que habían estado presentadas al público del Viejo Mundo por largo tiempo, y que para ese año retornaron a sus tierras de origen. 

            Varias de las piezas que fueron mostradas en la exhibición, anteriormente se desconocían, ya que fueron fruto de recientes descubrimientos. El objetivo era el de presentar, bajo una sobriedad y elegancia, cada uno de los objetos de valor incalculable, con un toque didáctico para comprender la organización y las costumbres del pueblo maya, de acuerdo con su religión, gobierno, así como su relación con la naturaleza. 

            Al tratarse de una muestra de arte y no de una muestra arqueológica, se trató de enfocar en lo estético de las piezas, más que en su valor histórico; buscando acaparar la atención del público —muchas veces carente de conocimiento—, pero siendo capaz de apreciar los rasgos del arte antiguo. 

            Dicha exposición abarcó un rango de 2 mil años, tratando diversas temáticas tales como: el hombre y la naturaleza, la vida cotidiana, la ciudad, el tejido social, la cerámica, el hombre y los dioses, los grandes señores, escritos para la eternidad, y el hombre. La información de este pueblo, a través de sus piezas, nos muestra el carácter holístico de su esencia, vinculado e interesado por la ciencia, la religión, el cosmos, el arte y la política, así como por el comercio y la guerra. 

            Cabe destacar que la influencia de otros pueblos puede percibirse en algunos de estos vestigios, como el olmeca y el tolteca, esto debido al dominio que otras civilizaciones ejercieron sobre las Ciudades-Estado del mundo maya. 

            La selección de los objetos fue minuciosa, por lo que debieron reunirse importantes especialistas (mayólogos) para elegir los más convenientes para la exposición, de entre las cuales destacaron: una estela de Calakmul, Campeche, de siete toneladas; un Chac Mool; una lápida de Chichén Itzá; un altar de Copán, Honduras; una estela de Guatemala; así como dos cabezas de estuco de la Tumba de Pacal, de Palenque. 

            Mención aparte es el diseño museográfico que fuera donado por el Palacio Grassi de Venecia, Italia; quien colaboró para el éxito de este trabajo en conjunto con otros museos de Centroamérica. 

 

“El conocimiento habla
y la sabiduría escucha”
(Jimi Hendrix, 1942-1970).