SRI LANKA: PARAÍSO INSULAR ASIÁTICO
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n el pasado, este país ha tenido distintos nombres: Heladiva, Lankadvipa, Simoundou, Taprobane, Selan, Lanka, Serendib y Ceilán. Debido a esto, también se le denominó “la isla de los mil nombres”, aunque por su posición geográfica y por su cercanía con la India, pareciera que se desprendiera de ésta simulando una gota, motivo por lo cual se le ha apodado: “lágrima de la India”.
No importa cómo se le conozca a Sri Lanka, lo primordial de este sitio es la belleza de su ambiente tropical, rodeado por el Océano Índico y ubicado al sur de la India. Con impresionantes playas —uno de sus principales atractivos turísticos, al igual que el clima—, cuenta con aproximadamente mil 600 kilómetros de ellas, entre las cuales destacan: Unawatuna, Bentota, Kalutara, Hikkaduwa, Gaye, Negombo y Mirissa.
Sri Lanka es un país multicultural, acogedor de comunidades de origen indio, árabe, portugués y británico, cautivadas por las bondades de esta tierra llena de riquezas; con pueblos indígenas que, según se ha investigado, tienen un profundo arraigo de miles de años.
Tiene de todo: playas, lagunas, ríos, acantilados, pantanos, elevaciones, junglas, bosques tropicales y un gran número de cascadas. La comida está basada en lo producido localmente, en donde las especias cultivadas, así como las frutas, verduras y el arroz son imprescindibles para las variadas recetas con influencia de muchas partes del mundo. Ejemplo de esto, es el lamprais (arroz con verduras horneadas en hojas de plátano), el pittu (rollo de harina de coco) y los fideos de arroz al vapor; sin olvidar, los productos del mar y frutas exóticas.
La capital comercial de Sri Lanka es Colombo, y la administrativa es la ciudad de Sri Jayawardenapura Kotte. Los lugares culturales pueden encontrarse en ciudades como Anuradhapura, fundada en el siglo IV a. C. con antiguos monasterios budistas, siendo considerada un importante yacimiento arqueológico. Polonnaruwa, famosa por sus cuatro Budas colosales esculpidos en roca, siendo el más atrayente la figura que yace acostada en el Nirvana (estado de total liberación, alcanzado a través de la meditación y la iluminación). Dambulla, con sus impresionantes cuevas convertidas en recintos sagrados, cuenta con múltiples esculturas de Buda, reyes srilanqueses y dioses hindúes: auténticas obras de arte.
Kandy, sitio reconocido como el centro del Budismo, en donde se localiza el “Templo del Diente de Buda”, que alberga como reliquia el canino izquierdo del Iluminado y que recibe diariamente a miles de devotos y turistas. Sigiriya, lugar cuyo sello es la fortaleza erigida por el Rey Kasyapa —en lo que fueran los restos de un volcán inactivo y erosionado—, ante la declaración de guerra de su hermano Mogallana, quien por derecho debía poseer el trono, usurpado por el monarca tras asesinar a su padre.
Por otra parte, una actividad turística común es el paseo en elefante. Sin embargo, por desgracia, muchos negocios que se dedican a esto no tienen las condiciones aptas para el cuidado de los animales, por lo que se recomienda elegir uno que garantice el bienestar de los paquidermos. A propósito, existe un lugar llamado “Orfanato de Elefantes de Pinnawala” que, desde su apertura en 1975, se dedica al cuidado y a la crianza de elefantes lactantes abandonados, a fin de brindarles un hogar.