martes, 26 de mayo de 2020

VIDA COMÚN: "Ante cualquier barrera, se requerirá de astucia e intelecto para afrontarle correctamente, encontrando la solución; de tal modo que nos satisfaga dentro lo razonable, pero sin dañar a terceros que, muy posiblemente, también se encuentren en busca de lo mismo".


LA VIDA COMÚN: UNA REFLEXIÓN 

L

as personas, a consecuencia de las distintas actividades de la vida misma, se encuentran envueltas, muchas veces, dentro de la desesperación; llegando a cuestionar el porqué de la existencia en un mundo tan complicado y lleno de encrucijadas que, en ocasiones, marcan un rumbo incierto. 

Es comprensible reaccionar ante este tipo de situaciones con una visión negativa desde el plano individual, desacreditando la esencia misma de cada persona. Todo esto por sufrir los reveses en los ámbitos familiar, laboral, escolar, político, económico y social. 

Vivir prósperamente y sin preocupaciones ha llegado a ser, para muchos, el significado de lo utópico, para una vida desahogada. Lamentablemente, la realidad siempre tendrá imprevistos que desestabilizarán los proyectos y la forma de vislumbrar un presente y un futuro agraciado. Esto, llegando a manifestarse, no sólo en una persona, sino en grandes grupos a nivel mundial, causando en muchos, sentimientos de frustración y depresión. 

La humanidad debe estar consciente de que las condiciones para llegar a la vida deseada, implican una lucha constante contra los diferentes campos del que somos parte, como lo son la desigualdad social, económica y racial. Sólo por mencionar algunos ejemplos. 

Ante cualquier barrera en la vida, se requerirá de astucia e intelecto para afrontarle correctamente, encontrando la solución; de tal modo que nos satisfaga dentro lo razonable, pero sin dañar a terceros que, muy posiblemente, se encuentren también en busca de lo mismo. 

Es verdad, que todos en algún momento de la vida, hemos deseado contar con los privilegios y beneficios que otros semejantes gozan, y planteamos, de alguna forma, conseguirlo a futuro. La realidad nos ubica en nuestro sitio, pero no por esto, significa que no podamos mejorar, visualizando que no todo es negativo, ya que la protección y base del seno familiar son un impulso para adquirir la confianza para emprender los anhelos buscados. 

Hay que saber relacionarse con personas afines a nuestro deseo de crecimiento —familiares o amistades—, ya que su apoyo y consejo serán parte valiosa que nos ayudará a conducirnos a través del sendero de la vida. 

Erróneamente, la mayor parte de la humanidad vive creyendo que la felicidad está basada, únicamente, en el poder económico, en la serie de lujos que puedan existir. Sabemos que el dinero garantiza una existencia con menos complicaciones, pero no nos asegura una vida plena, más si no se cuenta con los valores y la ética de ser hombres y mujeres de bien, contando a nuestro lado con allegados sinceros y confiables, sin olvidarse de contribuir con los más necesitados. 

El concepto de felicidad, para una familia, puede distar entre una y otra. Lo rescatable es obtener lo positivo de cada logro, por más pequeño que éste sea, sin importar su trascendencia económica, simplemente su valor humano, el cual se puede gozar, incluso mayormente que uno monetario. 

            La oportunidad de vivir con lo necesario no implica dejar de lado el esfuerzo por alcanzar metas hasta donde sea posible, siempre y cuando se base en el respeto a los demás, bajo la solidaridad, el honor y la integridad dentro de la sociedad. 

 

“El conocimiento habla
y la sabiduría escucha”
(Jimi Hendrix, 1942-1970).